Corinna Schumacher rompe su hermetismo y habla sobre el piloto: “Echo de menos a Michael todos los días”


El destino quiso que Michael Schumacher, después de décadas al volante a cientos de kilómetros por hora, sufriera un accidente el 29 de diciembre de 2013 mientras esquiaba, que lo dejó en estado crítico, con secuelas irreversibles. Por deseo de la familia apenas trascienden detalles sobre su estado de salud real, pero ahora su mujer, Corinna Schumacher, ha roto con el silencio que la caracteriza y ha hablado sobre el incidente y sobre cómo ha marcado un antes y un después en su vida en el documental Schumacher, que acaba de estrenarse en Netflix. “Echo de menos a Michael todos los días. Y no soy la única que lo echa de menos. Los niños, la familia, su padre, todos los que le rodean. Todos echamos de menos a Michael, aunque sigue aquí”, confiesa emocionada. “Ya no es el mismo, pero está aquí, y eso nos da fuerza para seguir”, agrega. “Nunca he culpado a Dios por lo que pasó. Solo tuvo muy mala suerte, toda la mala suerte que se pudo tener”, reflexiona Corinna, quien acompañó al deportista prácticamente a lo largo de toda su carrera, gestionando también sus finanzas, y del que no se ha separado desde el accidente.

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Corinna Betsch —su nombre de soltera— interviene en varias ocasiones a lo largo del documental, recordando en un principio su flechazo con el piloto, a quien define como “muy divertido” y como una persona “maravillosa”, mientras se muestran imágenes del enlace entre ambos, celebrado en agosto de 1995. “Me siento muy afortunada por haber conocido a Michael. Es la persona más encantadora que he conocido en mi vida”, confiesa, al tiempo que recuerda algunas anécdotas de los comienzos, como cuando le organizó una cena de cumpleaños y él fue el único que le ayudó a limpiar y lavar los platos. “Pensé: ‘Esto sí que es un hombre de verdad”.

A Schumacher le apodaban el kaiser y se consagró como uno de los mejores pilotos de Fórmula 1 de todos los tiempos, pero también tuvo que lidiar a lo largo de su carrera con la exposición mediática propia de un heptacampeón del mundo —el único que ha alcanzado esa cifra junto a Lewis Hamilton—, que se proclamó vencedor de un gran premio en más de 300 ocasiones. Una popularidad a la que, según comenta su mujer, se resistió, asegurando que no quería “ser una estrella” ni “llegar tan lejos”. “No le gustaba nada estar rodeado de prensa y de gente. Lo único que le interesaba era correr”. “Es cierto que a veces podía parecer algo antipático, pero era porque se le exigía mucho” agrega su amigo Jean Todt, actual presidente de la Federación Internacional del Automóvil. “Era una persona extremadamente reservada y tímida”.

El documental, con una duración de una hora y 52 minutos, comienza con unas imágenes del alemán y su mujer bajo el agua haciendo submarinismo y, a continuación, él al volante del Ferrari durante un gran premio de Fórmula 1 en Mónaco. “El coche y tú sois uno. Tienes que saber exactamente cuál es el límite de coche. Porque siempre lo hay, y debes tener cuidado. Como con todo en esta vida, hay que procurar no pasarse ni quedarse corto”, reflexiona él mismo en voz en off, antes de dar paso a las imágenes de su debut en la categoría, el 24 de agosto de 1991, en el circuito belga de Spa. Entonces, el brasileño Ayrton Senna era el rey de los circuitos y Schumacher una promesa de 22 años al que el resto de pilotos veían “demasiado joven”, según cuenta Flavio Briatore, y que llegó a la competición por un golpe de suerte, después de que Eddie Jordan se retirara a mitad de temporada. Cinco años después, en 1996, logró su primer campeonato del mundo.

Pese a que la fatalidad quiso que el accidente que casi acaba con su vida se produjera fuera de los circuitos, mientras compitió Schumacher tuvo presente que la experiencia no le impedía poder fallar, principalmente desde que vivió de cerca la muerte de Senna después de un grave choque el Gran Premio de San Marino de 1994, en el que el alemán se proclamó campeón. El fatídico episodio lo recuerda el propio Schumacher en unas declaraciones de archivo. “Lo peor fueron las dos semanas siguientes. El proceso de asimilar que había fallecido”. Acto seguido un periodista le pregunta si le había resultado fácil volver a conducir a lo que él responde que, de repente, empezó a ver las cosas “con otros ojos”. “Di una vuelta por Silverstone con un coche normal y pensé: ‘Aquí podría morir”, relata.

Además de Corinna, en el documental también intervienen otros miembros de la familia Schumacher como el padre del piloto, Rolf, y sus hijos, Gina y Mick, que recuerdan la admiración que despertaba su progenitor en los circuitos. “Siento un gran respeto hacia mi padre. Siempre lo he tenido. Tiene mucha presencia. Cuando entra en una habitación, todo el mundo se calla. Así es como lo recuerdo”, afirma Mick, quien decidió seguir los pasos de su padre en los circuitos. “Cada vez que lo miro me digo: ‘Así es como quiero ser”.


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