Madrid, España.- Un total de 24 personas, entre ellas dos monjas, han fallecido durante la crisis del coronavirus en la residencia de ancianos Santísima Virgen y San Celedonio, en el distrito de Chamartín, y más de una treintena de sus profesionales permanecen en cuarentena por el coronavirus fuera de las instalaciones, han informado a EFE fuentes del centro.
Efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) han realizado labores de desinfección en la residencia, han explicado las mismas fuentes, que han pedido ayuda urgente y la medicalización del centro, con cerca de 150 residentes.
Las religiosas eran residentes, no personal del centro, y varias religiosas permanecen aisladas en la instalación, han añadido a EFE fuentes del Arzobispado de Madrid, miembro del patronato de la Fundación Santísima Virgen y San Celedonio.
Algunos infectados por el coronavirus han fallecido en el complejo residencial y otros en un centro hospitalario a lo largo de este mes de marzo, y no está confirmado que el COVID-19 sea la causa de todos los fallecidos, aunque es “probable”, han explicado las fuentes del centro.
En las instalaciones se ha separado a las personas sanas de las infectadas. La residencia, en donde están en activo 43 auxiliares de enfermería a jornada completa y tres a jornada parcial, ha ido contratando nuevo personal, pero actualmente “no hay más gente para reemplazar”.
El trabajo, han añadido las fuentes, está siendo muy complicado debido a la falta de material y se ha pedido la medicalización de la instalación. En la Comunidad de Madrid, las personas mayores siguen siendo las principales víctimas del coronavirus, aunque el vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, afirmó hace unos días que de las 500 residencias que hay en la región sólo se ha detectado contactos en un 20 por ciento, que es donde la UME ha entrado para su desinfección.
Aguado pidió al Ministerio de Defensa que envíe al personal sanitario militar a estas residencias. El Gobierno regional también ha reclamado la ayuda del Gobierno central para contar con 2,000 profesionales sanitarios más en los hospitales de la región, y otros 1,000 en las residencias de mayores.