A 9 meses del gobierno de AMLO, en la oposición “no vemos un liderazgo alternativo, fuerte, que inspire”, dijo la doctora Denise Dresser.
El diagnóstico del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre que la oposición está “moralmente derrotada”, es correcto, pero esto no significa que sea para siempre y depende en parte de cómo lo haga “AMLO y los suyos” en el actual gobierno, coincidieron los analistas en la Mesa Política de este lunes.
“Si lo hacen mal, esa derrota moral puede ser resuelta rápidamente”, comentó el doctor Lorenzo Meyer.
Denise Dresser comentó que “estrictamente hablando tiene razón: la oposición partidista en este momento no ha logrado reconfigurarse como una oposición que provea una visión alternativa; no han logrado establecer una contranarrativa que sea apetecible, que tenga resonancia, no vemos un liderazgo alternativo, fuerte, que inspire“.
Hasta ahora, anotó la doctora, los opositores han tenido muchos problemas para ofrecer algo distinto, “que los separe de muchos años del mal gobierno” y los fracasos de panistas y priistas en sus respectivos gobiernos, como por ejemplo la guerra contra el narcotráfico, o la corrupción en el sexenio de Peña Nieto.
No obstante, Dresser lamentó que AMLO “pone en el mismo saco a la oposición partidista y a los críticos. Al declarar conservadores a todos los que lo cuestionan está deslegitimando el papel que están desempeñando ciudadanos de la sociedad civil”.
Y es que “cuando el presidente coloca a quienes lo auscultan desde la ciudadanía en el mismo saco que al PAN y al PRI, es no entender el reclamo ciudadano legítimo“.
Al respecto, el historiador Lorenzo Meyer resaltó que “cambiar un régimen es lo más difícil que existe en la política” y “en 9 meses difícilmente se puede pedir un resultado completo”, pues “el proceso lleva mucho tiempo”.
“En este cuarto cambio en donde no se va a modificar el entramado constitucional, lo que se modifica es la dirección en la que van esas instituciones… el verdadero cambio está en la dirección que se le dé al uso de esas instituciones”, indicó.
Reconoció que no se va a cambiar al régimen capitalista y tiene que ser un cambio relativo; “el poder económico ahí sigue” y AMLO se refirió a él directamente con nombres y apellidos.
No obstante, recordó que “les quitó el Aeropuerto de Texcoco”, pese a que Carlos Slim dijo que era una mala decisión, pero al final “el poder político se impuso sobre el poder económico”.
Respecto a los conservadores derrotados, refirió que es de dudar que esto sea de manera permanente.
“Depende de cómo lo haga AMLO y los suyos, si lo hacen mal, esa derrota moral puede ser resuelta rápidamente; la derrota moral también está basado en lo que AMLO llamó la corrupción inmunda“, abundó.
“Está abierta la posibilidad de que como en el pasado, la reacción vuelva. Tienen la experiencia, el dinero y el entorno mundial”, agregó.
Además, AMLO “no dijo que estuvieran derrotados para siempre, dijo que están derrotados ahora“; por lo que “si falla la fibra de los renovadores, de los revolucionarios, la oposición se reinventa”.
Sobre el primer informe, Sergio Aguayo dijo que el presidente “dejó unas banderillas muy bien clavadas a la oposición”.
Destacó que AMLO reconoció que no tiene buenos resultados en seguridad y acepta que este es su principal desafío.
Sin embargo, el académico observó que AMLO parte del supuesto de que la estrategia es la correcta, pero esa es la parte más endeble, pues no hay la disposición de reconocer tres vulnerabilidades muy grandes: como el encaje de la Guardia Nacional, la Policía Federal y las fuerzas armadas; el contrabando de armas, pues en una guerra no puede descuidarse un aspecto tan crucial; y finalmente el sistema normativo, del cual no dice absolutamente nada.