Confían en que se podrá detectar de forma temprana a una comunidad enferma y podrían aislar o confinar las colonias, fraccionamientos o hasta fábricas en lugar de toda una ciudad o estado.
Por Michel Olguín/ UNAM
Si se analiza la presencia del SARS-CoV-2 en las aguas residuales de ciertas zonas, se podrá detectar de forma temprana a una comunidad enferma.
Con la llegada de la COVID-19 surgieron diversos estudios en torno a esta enfermedad. Se encontró que en las heces fecales quedan presentes fragmentos genéticos del ácido ribonucleico de este virus.
Al respecto, Germán Buitrón Méndez del Laboratorio de Investigación en Procesos Avanzados de Tratamiento de Aguas, explicó que hasta el momento se desconoce si el virus se encuentra en estado infectivo en las excretas, y por lo tanto, en las aguas residuales.
“Lo que sí sabemos es que sus fragmentos genéticos se mueven a través del sistema del drenaje hasta llegar a las plantas de tratamiento”, añadió en entrevista para UNAM Global.
En este proyecto de investigación participan Germán Buitrón Méndez en conjunto con Julian Carrillo Reyes. La idea es determinar que la presencia de estos fragmentos genéticos en las aguas residuales puede revelar la presencia del virus en determinadas zonas.
Prevenir
Cuando una persona está infectada por el SARS-CoV2-, expresó el investigador universitario, excreta los residuos genéticos del virus antes de enfermarse fuertemente y acudir al hospital para realizarse la prueba.
Si se analiza la presencia del SARS-CoV-2 en las aguas residuales de ciertas zonas, se podrá detectar de forma temprana a una comunidad enferma. De igual manera funciona con las personas asintomáticas.
Investigaciones en esta área han mostrado que el pico de subida en las aguas residuales coincide de una semana a 10 días de anticipación con el aumento de casos de pacientes hospitalizados.
Este proyecto es muy útil, porque al detectar inmediatamente la presencia del virus, las autoridades correspondientes podrán tomar las decisiones correctas para el control de la pandemia.
Por ejemplo, podrían aislar o confinar las colonias, fraccionamientos o hasta fábricas donde hayan observado el aumento del coronavirus, en vez de cerrar toda la ciudad o un estado. Tomarán decisiones mucho más asertivas.
Se trata de una herramienta que funcionará como una alerta temprana, como la alerta sísmica. Aunque, de ninguna manera sustituirá las pruebas en humanos, sino que será una evidencia de cómo se mueve la enfermedad.
De acuerdo con Buitrón Méndez el costo con respecto al beneficio resulta muy económico. “Imaginemos una comunidad de 10 mil personas, para tener un monitoreo tendríamos que realizar 10 mil pruebas a cuatro mil pesos cada una, pero con este proyecto sólo necesitamos realizar tres pruebas para toda esta población, que resulta mucho más económico”.
El proceso
Desde mediados del mes de marzo, los investigadores evaluaron el tema, comenzaron con la metodología y a principios de abril ya tenían el plan para aplicarlo en las plantas de tratamiento.
¿Por qué en las plantas de tratamiento? Es el final del tubo del drenaje, dijo el académico universitario. De hecho, “en nuestra investigación observamos que, entre el 15 de mayo y 15 de junio, justo cuando los casos iban en aumento acelerado, la concentración del material genético en el agua residual a la entrada de las plantas de tratamiento de la ciudad de Querétaro coincidió con el aumento de casos reportados como positivos”.
Esta metodología también ha sido aplicada exitosamente en el agua de drenajes de edificios de oficinas, del hospital COVID de Querétaro, la unidad médica de aislamiento COVID de Querétaro y un CERESO.
En las pruebas realizadas directamente a los humanos la muestra es muy limpia y concentrada, comparada con las aguas del drenaje donde los fragmentos están diluidos y además existen contaminantes. El reto fue concentrar esa muestra y eliminar los otros componentes para después realizar la prueba tradicional con métodos de biología molecular (RT-qPCR).
La siguiente etapa para el equipo fue unirse a la Facultad de Medicina, el Instituto de Geología y el Instituto de Ciencias Aplicadas y Tecnología (ICAT) de la UNAM. Se presentó el proyecto ante el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, (CONACyT) donde esperan respuesta para saber si el proyecto fue aprobado.
Actualmente los investigadores universitarios se encuentran en pláticas con la Comisión Estatal del Agua y la Secretaría del Estado del Querétaro para dar un mayor alcance a la presente investigación.
Trabajan en la Ciudad de México con el Tecnológico de Monterrey y el Instituto Politécnico Nacional (IPN) para realizar el mismo procedimiento de muestreo e identificar las poblaciones de mayor riesgo.
Cabe resaltar que este tipo de estudios ya se ha realizado en varias partes del mundo con muy buenos resultados y en América Latina se práctica en Brasil y Argentina.
Los investigadores esperan que muy pronto se lleve a cabo en México para ayudar a controlar la pandemia.
Un estudio más
A través de su investigación en las aguas residuales, los investigadores universitarios también estudiarán los residuos de los fármacos que sean excretados por las personas, esto con la finalidad de identificar si se remueven o no estos productos en las plantas de tratamiento.