La economía china creció más rápido de lo previsto en el primer trimestre de 2022, según datos publicados el lunes, con una expansión de 4,8% interanual. Sin embargo, existe el riesgo de una fuerte desaceleración en los próximos meses como consecuencia a las restricciones por el Covid-19 y la guerra en Ucrania.
El Producto Interno Bruto (PIB) chino se expandió un 4,8% en el primer trimestre respecto a igual periodo del año anterior, mostraron el lunes datos de la Oficina Nacional de Estadísticas, superando así las expectativas de los analistas de un aumento del 4,4%. La cifra también representa un repunte desde el avance de 4,0% en el cuarto trimestre de 2021.
En marzo, el sector industrial se mantuvo mejor de lo esperado, con un aumento de la producción del 5,0% respecto al año anterior, frente a las previsiones de un aumento del 4,5%. Sin embargo, esta cifra es inferior al aumento del 7,5% registrado en los dos primeros meses del año.
Igualmente, en marzo la inversión en activos fijos aumentó un 9,3% interanual en el primer trimestre, frente al aumento del 8,5% previsto por la encuesta de Reuters, pero inferior al crecimiento del 12,2% de los dos primeros meses del año.
Datos separados sobre la actividad mostraron que las ventas minoristas se desplomaron el mes pasado según una base de comparación anual debido a las restricciones por el Covid-19 en el país; cayeron un 3,5%, muy por debajo de las expectativas de un descenso del 1,6% y de un aumento del 6,7% en enero y febrero.
El mayor desafío inmediato para Pekín son las estrictas reglas sobre el Coronavirus en momentos de graves riesgos geopolíticos que han intensificado las presiones sobre la oferta y los costos de las materias primas, dejando a las autoridades chinas en la cuerda floja en el intento por estimular el crecimiento sin poner en peligro la estabilidad de precios.
“Se espera un mayor impacto derivado de los confinamientos, no solo porque ha habido un retraso en la entrega de los suministros básicos diarios, sino también porque las medidas agregan incertidumbre a los servicios y las operaciones de fábricas que ya han mermado al mercado laboral“, dijo Iris Pang, economista y jefa de asuntos de China continental en ING.
“Es posible que tengamos que revisar de nuevo nuestras previsiones del PIB si el apoyo fiscal no llega a tiempo”.
A última hora del viernes, el Banco Popular de China anunció que reduciría la cantidad de efectivo que los bancos deben mantener como reservas por primera vez este año, liberando unos 530,000 millones de yuanes (83,250 millones de dólares) de liquidez a largo plazo para amortiguar una fuerte desaceleración del crecimiento económico.
El gobierno ha anunciado más estímulos fiscales este año, como el aumento de la emisión de bonos locales para financiar proyectos de infraestructuras y la reducción de impuestos a las empresas.
Sin embargo, los analistas no están seguros de que los recortes de las tasas de interés vayan a contribuir a detener la caída de la economía a corto plazo, ya que las fábricas y las empresas tienen dificultades y los consumidores siguen siendo cautelosos a la hora de gastar. Una política monetaria más expansiva también podría desencadenar la salida de capitales, ejerciendo más presión sobre los mercados financieros chinos.
China se ha fijado como objetivo un crecimiento económico más lento, en torno al 5,5% este año, a medida que se acumulan factores adversos, pero algunos analistas afirman que ahora puede ser difícil lograrlo sin medidas de estímulo más agresivas.
Con información de Reuters
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