MÉXICO – Fomentar el desarrollo rural para paliar los efectos de la crisis climática es crucial para frenar la migración centroamericana hacia Estados Unidos, subrayaron este martes expertos desde la Ciudad de México en un encuentro para buscar soluciones al éxodo que se vive en la región.
En el encuentro “Oportunidades rurales. Reunión de alto nivel sobre migración, desarrollo y seguridad alimentaria en Mesoamérica” el diálogo orbitó en torno a la necesidad de rehabilitar las zonas rurales del llamado Corredor Seco de Centroamérica, castigado con dureza por la crisis climática en los últimos años.
Sequías por un lado e inundaciones por otro rompieron hace tiempo la estabilidad de las cosechas en esta zona del mundo que abarca desde la costa de Chiapas (México) hasta el oeste de Costa Rica.
Según expuso en su intervención el director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, “más de un tercio de los jóvenes no tienen empleo y dos tercios de la superficie están afectadas por sequías prolongadas”.
“La migración rural aumenta porque esos factores se han agravado con los años”, aseguró.
En el Corredor Seco, dos tercios de la población viven en zonas rurales.
El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua son los países del corredor que más se han visto afectados, forzando a miles de migrantes a jugarse la vida por un futuro mejor lejos de casa.
Desde octubre de 2018, miles de ellos han cruzado México en caravanas hasta Estados Unidos.
Hasta que el presidente estadounidense, Donald Trump, obligó a México el pasado mes de junio a frenar esta migración masiva. De lo contrario, impondría aranceles a los productos mexicanos.
Para evitar una muy posible crisis económica, México se ha esmerado en cumplir con su vecino del norte en el último mes, y ha optado por dos estrategias: la militarización de sus fronteras y un plan de desarrollo para el sur del país y los países de Centroamérica.
Esta última propuesta es la que más convence a los directivos y expertos presentes este martes en la capital, pues todos coincidieron en que la migración debe atajarse atendiendo sus causas para lograr que esta sea opcional.
Recientemente, el Gobierno mexicano inició su programa para crear empleos en Centroamérica, al cual destinará 100 millones de dólares.
Graziano da Silva respaldó este programa y expuso que “la solución de fondo a la migración obligada es el desarrollo”.
“No importa cómo lo clasifiquemos: desarrollo sostenible, integral, científico, lo que importa es que el desarrollo tenga múltiples dimensiones: sociales, económicas…”, abundó.
Para implementar ese desarrollo, Graziano da Silva estipuló cuatro líneas fundamentales: voluntad política de los gobernantes, reorientar la inversión hacia los más pobres, fortalecer las instituciones a nivel local y potenciar la participación social efectiva.
En ese sentido, llamó a gobiernos y entidades privadas a invertir en el desarrollo de las zonas rurales y especialmente a cuidar a los pequeños agricultores.
Solo de este modo, apuntó, se podrá acabar con “la pobreza, hambre, desempleo, inseguridad”, así como tener una mejor alimentación en esos países.
“El subdesarrollo crea una tormenta perfecta en la cual miles de personas solo ven una salida: emigrar”, remachó.
En su turno de palabra, el secretario de Agricultura de México, Víctor Villalobos, apuntó que la fase previa a la migración es la “violencia asociada a las actividades delictivas, que en muchos casos se ha constituido como la única alternativa para que las personas tengan un ingreso”.
Por ello, insistió en que “atender las causas que originan el fenómeno migratorio es la única manera” de frenarlo.
“Estamos trabajando para demostrar al mundo entero que se puede prevenir y controlar este fenómeno si hay desarrollo, empleo y bienestar para todos los lugares de origen”, aseguró.
Durante su conferencia matutina de este martes, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, celebró las declaraciones que hizo Trump felicitando a México por el esfuerzo que está haciendo por frenar la migración.
Según los últimos datos del Instituto Nacional de Migración (Inami), la cifra de deportaciones en México aumentó un 32,7 % en junio con respecto a mayo, pasando de 16.507 a 21.912 extranjeros devueltos por las autoridades a sus países de origen.
Este sustancial aumento coincide con el acuerdo migratorio alcanzado a inicios de junio con el Gobierno de Estados Unidos para evitar la imposición de aranceles.
En el encuentro de este martes estuvieron presentes funcionarios, senadores, diputados, ONG y académicos de México, Guatemala, Honduras y El Salvador, así como organismos internacionales.