Ser una estrella del fútbol de las mejor pagadas del mundo no te exime de cumplir con la legalidad. Esa es la lección que puede extraer Cristiano Ronaldo después de que el Ayuntamiento de Lisboa le haya dado un ultimátum sobre la marquesina de cristal que instaló en su lujoso ático del centro de la capital portuguesa. Según ha adelantado este jueves el periódico Correio da Manhã y ha confirmado el diario luso Público el delantero tiene 15 días para demoler la estructura y devolver al espacio el aspecto original, a no ser que solicite su legalización en el plazo de 30 días. Fue el 21 de julio cuando el organismo público comunicó al futbolista la obligatoriedad de “reponer la legalidad urbanística”, es decir, “de reponer las condiciones existentes antes de la ejecución de las obras verificadas por la revisión”, que fue realizada a comienzos de mes. Teniendo en cuenta las fechas, a Ronaldo, de 36 años, le quedaría menos de una semana para tirar abajo la marquesina y tres para pedir la regularización.
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El ático en cuestión está situado en la rua Castilho, a pocos metros de la céntrica y conocida avenida Da Liberdade y del parque Eduardo VII, en una de las calles más caras del país y de los barrios más codiciados de Lisboa, rodeado de tiendas y hoteles de lujo. Ronaldo adquirió el inmueble por más de siete millones de euros y cuenta con 300 metros cuadrados y una terraza de uso privado con vistas a la ciudad, espacio que se ha podido ver en alguna ocasión en las historias de Instagram publicadas por su pareja, Georgina Rodríguez. Curiosamente el apartamento también se encuentra muy cerca de la pensión Dom José, en la avenida Duque de Loulé, donde un joven Ronaldo, canterano entonces del Sporting de Lisboa, se alojó entre los años 2000 y 2001.
El proceso administrativo contra las obras realizadas por Ronaldo comenzó el pasado mes de mayo. Entonces, el diario Correio da Manhã publicó una conversación con el arquitecto del edificio donde se encuentra la vivienda. En ella, José Mateus dijo encontrarse en “shock” por la marquesina instalada por el futbolista en la terraza sin su conocimiento y aseguró que no iba a “quedarse parado” ante tal actuación, tachándola de “falta de respeto” y “contaminación innoble” de su trabajo. Más tarde, el día 1 de julio, el Ayuntamiento realizó una inspección para evaluar las obras con la que se verificó, según el citado periódico portugués, “la existencia de un agregado en la terraza en disconformidad con los pliegos finales del proyecto aprobado por la Câmara Municipal de Lisboa [el Ayuntamiento] para el edificio”.
El final de las vacaciones de verano de Ronaldo, que ya ha comenzado la pretemporada con la Juventus, está siendo, como poco, inesperado. A la decisión sobre su ático se une la hospitalización de su hermana Katia Aveiro por covid-19, de la que fue dada de alta este jueves. Hace dos días, la propia Katia informaba en su perfil de Instagram, donde acumula más de un millón de seguidores, del ingreso en el hospital público Doutor Nélio Mendonça, en Funchal. “Desde el día 17 de julio, que fui positiva, estuve aislada en casa y súper bien, pocos síntomas, pero siguiendo el protocolo como marcan las reglas. Todos en casa nos contagiamos excepto mi madre (gracias a Dios). Los vídeos que publiqué en la calle habían sido realizados antes del positivo (…) Infelizmente, el viernes pasado, día 23, sufrí un empeoramiento cogiendo una neumonía como consecuencia del maldito virus”, explicó en las redes.