La periodista Cristina Brull (Valencia/1997) visitó la redacción de MD para presentarnos ‘Mi propio fuera de juego’, una novela ambientada en el año 2012 que narra la historia de Rosario, una niña llena de curiosidad que sueña convertirse en futbolista.
A través de este personaje, Brull aborda temas complejos con un lenguaje juvenil y divertido. A su vez, homenajea a las deportistas que lucharon por cambiar las reglas del juego y a las niñas que ‘soñaron a lo grande’, sin saber que un día lo imposible se haría realidad.
¿Cómo fue el proceso de creación del libro?
Estudié Periodismo y Publicidad y a través de una asignatura me metí en el mundo del fútbol femenino. Creamos nuestro propio periódico y a mí me tocó cubrir un partido del Levante contra la Real Sociedad. Recuerdo que no había nadie en la grada y me gustó mucho la experiencia. Sentí que necesitaba dar voz a ese deporte. Empecé a hacer entrevistas, a conocer a gente y me fui formando sobre fútbol femenino. Con toda la información que pude obtener, decidí crear este libro.
¿Cuántas entrevistas llegó a hacer?
He hecho alrededor de 20 entrevistas a futbolistas pero otras muchas a gente que está en la grada. He hablado con aficionados, familiares… Todo el mundo te puede aportar algo para tener más información.
¿Quiénes son las personas que más le inspiraron?
Mi hermana María ha sido mi mayor apoyo. He sido muy pesada con mis amigos pero también he ido mucho por libre.
¿Cuánto tiene de usted Rosario?
Yo no vi nada de fútbol femenino hasta 2019, algo de lo que me arrepiento bastante. Rosario representa a toda niña y mujer deportista. Tiene una frustración muy grande por muchos motivos. Los sacrificios que hace una deportista no se ven igual de recompensados que si los hace un hombre.
Es una niña muy curiosa.
Una de mis referentes es Samanta Villar, me encanta como periodista, y ella siempre dice que no es lo mismo contarlo que vivirlo. Si estás vivo es porque eres una persona curiosa. Si dejas de tener curiosidad es como estar muerto porque no tienes ninguna motivación. Es muy importante ser respetuoso, tener ganas de aprender y, sobre todo, escuchar. La curiosidad es el motivo por el que he escrito este libro.
La novela está ambientada en el año 2012, ¿cómo valora la evolución del fútbol femenino en los últimos 10 años?
La evolución es enorme. Ahora tenemos portadas y se habla mucho sobre feminismo. Se utiliza mucho la palabra ‘revolución’ pero nosotras no queremos revolucionar, queremos que se normalice y que se apueste por nosotras de verdad.
¿Cómo de importantes son los referentes femeninos?
Las niñas ahora sí que tienen referentes femeninos en el mundo del fútbol y en otros muchos ámbitos. Antes, si te gustaba el deporte, tenías referentes masculinos… Es importante que hayan mujeres con mucha visibilidad para que las niñas sepan que pueden conseguirlo.
¿Qué papel han tenido los logros del Barça y Alexia Putellas socialmente?
En Estados Unidos no se habla de fútbol femenino o masculino, simplemente de fútbol. Megan Rapinoe es un referente y ha abierto muchas puertas. Se han apostado por documentales y entrevistas en televisión. El hecho de que Alexia Putellas haya sido reconocida como la mejor jugadora del mundo es un hito histórico. Ha llamado a la puerta y ha dejado claro que en España hay muy buen fútbol femenino.
¿Qué cosas se pueden mejorar?
Hay que dejar de pensar que somos una revolución porque parece que no se nos toma en serio. No venimos a revolucionar, queremos vivir la misma vida que los hombres. Se debería apostar por ello asegurando las mismas condiciones y los mismos recursos de base para todos.
¿Cómo ve el fútbol femenino de aquí 10 años?
Las redes sociales están ayudando mucho. Espero que se apueste más por el deporte femenino. Los niños tienen que ver por igual a las niñas. Se tiene que empezar por la educación infantil. Si se hacen bien las cosas, avanzaremos mucho.