La mano sigue tendida, aunque cada vez con más incomodidad. Ciudadanos mantiene su disposición a negociar los Presupuestos generales con el Gobierno de Pedro Sánchez, a pesar de que la propuesta de reforma del sistema de elección de los jueces del Consejo General del Poder Judicial ha caído como una bomba en el partido de Inés Arrimadas. La iniciativa de PSOE y Unidas Podemos es “una tropelía, una aberración jurídica y una infamia para la separación de poderes”, según la ha descrito hoy el portavoz adjunto de Cs en el Congreso, Edmundo Bal, mientras sus compañeros en Bruselas han pedido a la Comisión Europea por escrito que se pronuncie sobre la reforma, que creen que podría perjudicar a España en el reparto de los fondos europeos para la reconstrucción.
Ciudadanos ha puesto el grito en el cielo ante la propuesta de reforma de los dos partidos del Gobierno con la que pretenden sortear el veto del PP a pactar la renovación de 12 de los 20 miembros del Consejo General del Poder Judicial, mediante un cambio en el sistema de elección. Con el sistema vigente, se necesita 3/5 del Congreso y Senado para renovarlos, mientras que con la nueva norma bastaría con mayoría absoluta en una segunda votación, lo que saca de la ecuación al PP y ha levantado una polvareda de críticas de la oposición y de tres de las cuatro principales asociaciones de jueces. A estos cuestionamientos se ha añadido este jueves la advertencia de la Comisión Europea, que considera que la vía emprendida para hacerlo por el Gobierno de Pedro Sánchez puede poner en peligro la independencia judicial y agravar la impresión de que el Poder Judicial es vulnerable a una politización.
La presidenta de Cs, Inés Arrimadas, ha reclamado al Gobierno que rectifique y retire ya su “contrarreforma irresponsable”. “Es muy triste y lamentable que Europa tenga que volver a sacarnos los colores de esta forma. Lo que hay que hacer en España es despolitizar la Justicia, no politizarla más”, se ha quejado Arrimadas, aunque en un tono diferente del de PP y Vox, que ayer llegaron a hablar de prácticas “dictatoriales” de Pedro Sánchez. Algunos dirigentes de Cs sí han ido más lejos en sus críticas, como el jefe de la delegación europea, Luis Garicano, que ha advertido de que la reforma apunta “a la posibilidad de que vayamos a un régimen autoritario al tipo de lo que ha pasado en Hungría o Polonia, donde poco a poco se van subvirtiendo los mecanismos democráticos”.
El proyecto ha caído muy mal en Ciudadanos, socio potencial clave para el Gobierno por su respaldo a las seis prórrogas del estado de alarma, pero de momento no llegará la sangre al río. Cs no retira su disposición a un acuerdo de Presupuestos con el Ejecutivo, según explican fuentes de la dirección, porque su prioridad es evitar que las cuentas públicas se aprueben con el apoyo de ERC y otros partidos como EH Bildu, algo muy dañino para los intereses del país, desde su perspectiva. “Nosotros hemos plateado la necesidad de que España tenga esos nuevos Presupuestos que recojan el impacto de la ayuda europea, que pueden ser la tabla de salvación de nuestro país, y es el Gobierno el que tiene que dar ese paso”, ha defendido hoy Edmundo Bal en una entrevista en RNE. “El Gobierno solo tiene dos vías: tendrá que elegir entre los separatistas, entre la gente que quiere que España vaya mal, o la opción moderada y pragmática que es la nuestra”.
No es la primera vez que Cs resiste con su mano tendida al acuerdo presupuestario ante iniciativas del Gobierno sobre las que está radicalmente en contra. El partido no se ha levantado de la mesa —de forma simbólica, porque la negociación de los Presupuestos está congelada a la espera de que PSOE y UP terminen de pactar el proyecto de cuentas públicas― a pesar de los guiños del Ejecutivo a los partidos independentistas, como su intención de reformar el tipo penal de sedición y el inicio del procedimiento de los indultos. Pero la situación incomoda mucho y no es fácil de manejar. Cs se resiste también a romper los puentes con el Gobierno para no salir de su estrategia de centro pactista, que ha permitido a la nueva dirección que pilota Arrimadas una recuperación electoral desde el varapalo de noviembre de 2019. Algunos dirigentes de la cúpula de Cs confían en que el Gobierno haya lanzado “un órdago” al PP para forzarle a que pacte, pero en realidad creen que no irán hasta el final con la reforma.
En todo caso, Cs va a seguir dando la batalla en Europa contra la reforma. Los eurodiputados Maite Pagazaurtundúa, Jordi Cañas y Adrián Vázquez han presentado una pregunta escrita a la Comisión Europea pidiendo que se pronuncie sobre la iniciativa. En opinión de la delegación europea de Cs, como ha alertado su jefe de filas, Luis Garicano, la reforma puede impedir a España recibir el fondo europeo de recuperación de la covid. “Se está debatiendo sobre la condicionalidad a los fondos. Ante la deriva de Polonia y Hungría los países frugales estaban exigiendo garantías de respeto al Estado de Derecho antes de repartir el dinero”, explica su compañero Jordi Cañas. “Es decir, ya había muchos anticuerpos y ahora, si Gobierno de España aprueba esta reforma, podría ser aprovechada como excusa por alguno de los países frugales para exigir el respeto al Estado de Derecho para el reparto de los fondos”.
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