Si tuviéramos que pensar rápidamente en cuáles son las especies de aves que aspiran a ubicarse entre las más peligrosas en su clasificación particular, es probable que muchos contemplen alternativas como el águila, el avestruz, el halcón o el ñandú. ¿Cuál es el ave más peligrosa del mundo?
Sin embargo, y para sorpresa de un buen porcentaje del público, ninguno de éstos es el ave más peligrosa del mundo sino que ese honor, por llamarlo de alguna manera, le corresponde al casuario. Desconocido para la mayoría de las personas, el casuario suele ser confundido con el avestruz cuando no se conocen sus características, si bien el riesgo de enfrentarse a éste es mayor aún.
De hecho, ocasionalmente escuchamos noticias relacionadas con ataques de casuarios a seres humanos que derivan en la muerte de los últimos, incluso cuando los hayan criado de pequeños.
Lo que ocurre es que, en distintas partes del planeta, existe una moda de domesticar estos animales en peligro de extinción, como si de cualquier otra mascota habláramos, a pesar de que pesan aproximadamente 80 kilogramos, y poseen una fuerza descomunal para su tamaño.
¿Cuáles son sus características?
El casuario es apreciado por sus casi dos metros de envergadura, que lo hacen imponente, y más atendiendo a su colorido cuerpo, en tonos negros, azules y rojos, sin olvidar tampoco la cresta de queratina que tiene en la cabeza. Pero tanto su gran atractivo como su peligro radican en las patas.
Estos animales cuentan con una serie de extremidades a modo de garras, capaces de producir zarpazos con una violencia tal, que se transforman en un arma letal para la víctima del movimiento. De unos 10 centímetros, completamente afiladas, estas garras destrozan la carne que se interpone en su camino. Por eso mismo se desaconseja tenerlos en casas de familias.
Por otro lado, los mitos en torno a la peligrosidad del casuario se vieron multiplicados exponencialmente en 2017, cuando una investigación descubrió restos de un dinosaurio con numerosas coincidencias con el casuario actual, y que habría habitado el planeta Tierra hace millones de años.
Ahora bien, hay una cuestión interesante: raramente el casuario ataca como método para obtener alimento, siendo lo más seguro que lo haga cuando se siente amenazado por la actividad humana.
En la actualidad, ejemplares de esta especie pueden hallarse en unos pocos países, como Australia o Nueva Guinea, así que casi nadie está vulnerable a sufrir repentinamente el ataque de un casuario.
Eso sí, si por algún motivo te acercas a alguno de ellos, mejor que seas precavido. O lo lamentarás.
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