Un ion se define como una molécula o átomo formado por un número distinto de electrones y protones. Esto hace que la carga eléctrica de la molécula sea neta no neutra. Por lo tanto, el ion es una molécula con carga eléctrica, ya sea positiva o negativa.
La palabra ion tiene su origen en el vocablo griego «ἰών» que se traduce como «que va». El término fue introducido por primera vez en el Siglo XIX de la mano del químico Michael Faraday. Lo utilizó para referirse a aquellas sustancias químicas que se trasladaban de un electrodo a otro.
Tipos de ion
Los protones tienen carga positiva y los electrones tienen carga negativa. Por lo tanto, si el ion tiene más protones que electrones la carga neta será positiva (ion catión). En caso contrario, la carga neta será negativa (ion anión).
Con independencia del signo de la carga eléctrica, todos los iones cuentan con una serie de características. En primer lugar, siempre son atraídos por cargas eléctricas opuestas y repelidos por cargas eléctricas del mismo signo. Y, en segundo lugar, al moverse la trayectoria se puede desviar a causa de los campos magnéticos.
Formación de los iones
La formación de iones de un solo átomo responde a la ganancia o pérdida de electrones de la capa de valencia, la capa electrónica más externa de todas. Los electrones que se encuentran en capas más profundas no participan de manera activa en el proceso de ionización.
Un átomo se puede ionizar con un gran número de mecanismos. Se puede formar un catión aplicando energía por radiación, por ejemplo. En este proceso, el electrón situado en la capa de valencia absorbe la suficiente energía para poder salir del átomo.
Aún así, el sistema de ionización más frecuente es lo que se conoce como transferencia de electrones entre dos átomos. Cada uno de los átomos cede o acepta electrones según cuál sea la acción energética que más le beneficia.
Source link