Paseando por los barrios más antiguos de la ciudad de Madrid, es fácil encontrarse con los carteles de «asegurada de incendios» sobre la puerta principal de algunos edificios. Aunque actualmente no tienen ningún tipo de utilidad, forman parte del pasado de la capital. Son muchos los edificios que conservan estos carteles ya que el casco histórico fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 1995 y, por lo tanto, está protegido.
Historia y significado de los carteles de «asegurada de incendios» en Madrid
Todo comenzó en el año 1666, cuando tuvo lugar el gran incendio de Londres. Durante tres días las llamas arrasaron con la villa medieval, destruyendo más de 13.000 casas, 87 iglesias parroquiales y la gran mayoría de edificios públicos. En aquel entonces Londres tenía una población de 80.000 habitantes, y 70.000 perdieron sus hogares.
A raíz de la catástrofe, el constructor y economista Nicholas Barbon creaó la primera oficina especializada en seguros de incendios de viviendas y oficinas, ‘The Fire Office’. Una compañía que contaba con un grupo experto en la extinción de incendios, quienes acudirían a los edificios asegurados que estuvieran ardiendo. Para reconocer qué edificios estaban asegurados, decidieron colocar en ellos una placa con la insignia ‘The Fire Office’.
En España la primera aseguradora de incendios fue la Sociedad de Seguros Mutuos de Incendios de Casas en Madrid, fundada en el año 1822. A diferencia de la británica, esta compañía no usaba la insignia para identificar a los edificios asegurados, sino que optó por instalar carteles con el texto «Asegurada de incendios».
Para que no sucumbieran a las llamas, se fabricaban con hierro, estaño y cobre. Con el paso de los años se empezaron a crear diseños más llamativos y coloridos, e incluso estas placas empezaron a ser utilizadas a modo de reclamo publicitario.
Durante la segunda mitad del siglo XIX se crearon multitud de compañías de seguros. También surgieron las asociaciones mutuas de seguros contra incendios, propiedad de los dueños de las viviendas. Las asociaciones mutuas no disponían de equipos propios para apagar los incendios, así que acordaron con el Ayuntamiento de Madrid crear un servicio de bombero municipal.
En el año 1894 Madrid profesionalizó el cuerpo de bomberos, y los equipos de extinción de incendios dejaron de ser necesarios. Poco a poco fueron desapareciendo, pero los carteles de «aseguradora de incendios» se mantienen intactos en la actualidad.
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