¿Cuál es la forma correcta de utilizar el escurridor?

Uno de los artilugios más básicos y también más utilizados en la cocina es sin duda, el escurridor, también llamado colado. Un utensilio que utilizamos cada vez que queremos colar la pasta o también cuando deseamos escurrir el agua que nos sobra tras haber cocinado en agua las verduras, pero ¿estás seguro de utilizar bien el escurridor?.

El modo de utilizar correctamente el escurridor de cocina

Hasta la fecha estamos seguros que cuando has cocinado pasta, la has escurrido colocando el escurridor en la pila de la cocina o fregadero, para dejar caer el agua de la olla, mientras toda la pasta te queda dentro del escurridor, pero la verdad es que gracias a Tik Tok (y también hemos de decir que algunos usuarios de Twitter ya informaron de este método mucho antes), hemos descubierto que en realidad se hace del revés.

Es decir, tienes que colocar el escurridor o colador dentro de la olla, cogerla y darle la vuelta, de modo que a través de sus agujeros se pueda filtrar todo el agua. De esta manera la pasta o la verduras que hayas cocinado, se quedará dentro de la olla y nos será mucho más fácil añadir luego la salsa que queramos, o seguir cocinando con otros alimentos, en el caso de que estemos por ejemplo realizando un revuelto de verduras.

Tras este descubrimiento, muchos son los que ya han puesto a prueba esta otra manera de colar la pasta o la verdura y que parece ser la correcta, pero ¿es así realmente?.

Puede que este sea el método para que al conseguir que la pasta se quede dentro la podamos mezclar mejor con la salsa correspondiente como ya hemos mencionado, pero ¿hemos pensado en que tal vez nuestro escurridor no es tan grande como la olla? Parece absurdo pero no lo es. Lo cierto es que existen escurridores de varios tamaños, e incluso algunos de ellos tienen incluso un mango para poder cogerlos mejor en el caso de que el colador vaya a ser utilizado por ejemplo para tamizar la harina.

Será mejor entonces tener un escurridor específico para la pasta o las verduras, que coincida en tamaño con la olla donde solemos cocinar estos alimentos, ya que en el caso de que no sea así, corremos el riesgo de que o bien nos quememos las manos al darle la vuelta a la olla (o que el agua caliente nos salpique) o también que parte de la comida que hay dentro, se cuele por los bordes y acabe inevitablemente, fuera de la olla cuando debería ser todo lo contrario.