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¿Cuál es la mejor forma de conservar las cebollas?

La cebolla es una hortaliza originaria de Asia que se compone en un 89% de agua. Tiene un alto contenido en carbohidratos, vitaminas y minerales, así que es muy saludable. Al ser una fuente rica en potasio, es diurética, y, además, regula el tránsito intestinal  y previene el envejecimiento prematuro de la piel y las células. Es uno de los alimentos que más perduran, pero es importante tener en cuenta una serie de consejos sobre cómo se deben conservar las cebollas.

Almacenamiento

Lo más aconsejable según los expertos es almacenar las cebollas a una temperatura de entre cinco y diez grados. La despensa es el mejor lugar, pero también puedes guardarlas en un cajón o en un armario de la cocina.

Es fundamental que circule el aire entre ellas. Sácalas de la bolsa de plástico o de la red, y guárdalas en una bolsa de papel o en una caja de cartón abierta. También existe la posibilidad de almacenarlas en un saco.

¿Y en la nevera? Las cebollas no se deben conservar en la nevera ya que la humedad dentro del frigorífico es muy alta. Ahora bien, si están cortadas, lo mejor es almacenarlas en la nevera, con el lado cortado hacia abajo en un plato. Otra posibilidad para ahorrar tiempo a la hora de cocinar es picar las cebollas y guardarlas en un tarro limpio.

Con un correcto almacenamiento, las cebollas pueden durar en perfecto estado varios meses. Ahora bien, si ya están cortadas, tienes que usarlas en un plazo máximo de cuatro días.

En resumen, los principales puntos a tener en cuenta para conservar las cebollas son los siguientes:

  • Tienen que estar en un lugar seco y ventilado.
  • La temperatura idónea oscila entre los cinco y los diez grados.
  • Lo ideal es almacenarlas en un sitio con poca luz, a ser posible que esté completamente oscuro.
  • Evitar amontonar las cebollas para que circule el aire entre ellas.
  • Se pueden cortar las raíces desde la base para retrasar la brotación y conservarlas un poco más de tiempo.

Cebollas malas

Aunque es extraño, las cebollas también se pueden poner malas. Cuando están frescas y son aptas para el consumo, son firmes, secas y tienen buen aspecto. Saber que se han estropeado es muy sencillo ya que aparecen puntos blancos o manchas negras en la superficie, y las capas individuales están oscuras y blandas.

Siguiendo al pie de la letra estos consejos, las cebollas pueden aguantar, sin pudrirse ni brotar, entre siete y ocho meses.


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