El cuerpo humano tiene un total de 360 articulaciones, de las que 86 se encuentran en el cráneo y 76 en la columna vertebral y la pelvis. El número de articulaciones en el tórax son 66, mientras que cada uno de los brazos tienen 32 y cada una de las piernas 31. Seis se localizan en la garganta.
Las más importantes de todas son las que reciben el nombre móviles, que están situadas en la cadera y en los hombros. Tal y como su propio nombre indica, permiten realizar movimientos libres en cualquier dirección. Las articulaciones bisagra son aquellas que únicamente nos permiten hacer movimientos en una sola dirección, y están en los dedos de manos y pies, codos y rodillas.
También existen las deslizantes, que se mueven separadas por distancias mínimas y que están en los huesos de las muñecas y los tobillos. Y, por último, las articulaciones de las vértebras y el cuello, denominadas pivote. Sólo permiten el movimiento de rotación.
¿Qué tipo de articulaciones existen?
Existen diferentes tipos de clasificaciones, pero la más común es la que divide las articulaciones del cuerpo humano en función de su amplitud de movimiento:
- Móviles: son aquellas que cuentan con más capacidad de movimiento. En su interior tienen líquido sinovial, que tiene propiedades lubricantes para facilitar el movimiento. Este tipo de articulaciones son los codos, la cadera, los hombros, los tobillos, las rodillas y las muñecas. En función del tipo de movimiento, se habla de articulaciones de rotación, de deslizamiento o de flexión en un plano.
- Semi-móviles: también conocidas como cartilaginosas porque están unidas por cartílagos, permiten una movilidad más reducida que las móviles. Se localizan en la columna vertebral.
- Inmóviles: se encuentran entre huesos planos, y su función no es la de permitir el movimiento, sino unir dos huesos. El cráneo está compuesto por una serie de placas óseas que durante los primeros meses de vida se mueven formando una especie de puzzle, pero más adelante se vuelven inmóviles.
A lo largo de la vida es normal sufrir dolores articulares, cuyos principales síntomas son la inflamación, la sensibilidad al tacto y la rigidez. Las causas más comunes son enfermedades como la artrosis, que sufren más del 20% de las personas mayores de 65 años, y los esguinces. El exceso de ejercicio es un factor de riesgo, así que muchos deportistas toman diferentes medidas para proteger su sistema articular.
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