¿Cuáles son los 7 pecados capitales y qué significan? ¿Cuál es su origen y cómo se establecieron? ¿Cómo podemos aplicarlos a la vida diaria? Lo descubrimos todo a continuación.
Cuáles son los 7 pecados capitales y qué significan
Los siete pecados capitales son un concepto definido por el catolicismo: representan comportamientos humanos que deben evitarse para no cometer pecados; se llaman capitales porque de ellos fluyen las demás. Sin embargo, el término «vicios capitales» suele definirse como el más apropiado para hacer referencia a estos llamados «pecados» dado que del vicio es cuando surge el pecado.
Fue Santo Tomás de Aquino quien definió los siete pecados capitales que se conocen y que son: pereza, soberbia, gula (o glotonería), lujuria, avaricia, ira y soberbia. Fueron además, enumerados por el papa Gregorio I hace 1500 años y recogidos después por Dante Alighieri en la Divina Comedia.
La lista actual fue citada por Tomás de Aquino en su Summa Theologica (pregunta 84, Prima secundae) en el siglo XIII. Menciona que algunos de ellos no son pecados en sí mismos, sino vicios, es decir, tendencias a cometer ciertos pecados.
Pereza
La pereza es la negativa a realizar las tareas necesarias. Su demonio es Belfegor; La pereza puede ser también de espíritu, el perezoso pues no se entrega a Dios por falta de ánimo.
Ira
La ira se define como una emoción de odio y enfado no controlada. Una emoción negativa que se puede manifestar como una negación de la verdad hacia uno mismo y hacia los demás, así como un creciente deseo de venganza. La definición moderna también incluye la intolerancia hacia otras personas por su raza o religión, llegando incluso al extremo de la discriminación. Este es el único pecado que no guarda una relación estrecha con el interés personal y el egoísmo.
Soberbia
Atribución a los propios méritos de cualidades vistas como dones de Dios (inteligencia, etc.). Su demonio es Lucifer. El soberbio no reconoce a nadie por encima de él, ni tan siquiera a Dios.
Gula
La gula se refiere al consumo excesivo tanto de comida como de bebida en la actualidad. Ahora bien, en el pasado englobaba a cualquier tipo de forma de exceso. También incluye algunas formas de comportamiento destructivo para uno mismo y para los demás. En ‘La Divina Comedia’ de Alighieri, los penitentes en el Purgatorio se veían obligados a detenerse entre dos árboles, completamente incapaces de alcanzar las frutas que colgaban de las ramas.
Lujuria
Corresponde al placer sexual buscado para uno mismo de forma inmediata. Quien es lujurioso, busca una gratificación personal y fugaz. Considera a los demás como simples cuerpos en lugar de personas. Su demonio es Asmodeo.
Avaricia
La avaricia es, del mismo modo que la gula y la lujuria, un pecado de exceso. se caracteriza por el deseo de adquirir bienes materiales en cantidades muy superiores a las que son necesarias para satisfacer las necesidades básicas de una persona. Santo Tomás de Aquino definió la avaricia como «un pecado contra Dios, al igual que todos los pecados mortales, en lo que el hombre condena las cosas eternas por las cosas temporales».
Envidia
La envidia es «tristeza por los bienes que posee otro y que se consideran perjudiciales para uno mismo, ya que disminuyen la propia excelencia o notoriedad». Una persona envidiosa no solo resiente los bienes de otra persona, ya sean talentos, apariencia, posesiones, trabajos o popularidad, sino que también se alegra e incluso disfruta de los reveses o adversidades que enfrenta una persona. Su demonio es Leviatán.
Virtudes según la Iglesia Católica
En un poema épico que llevaba como título ‘Psuchomachia’, escrito por Aurelio Clemente Prudencio en el siglo IV, se detallan un total de siete virtudes que se oponen a los sierte pecados mortales. Un trabajo que gozó de una gran popularidad durante la Edad Media, y se dice que poner en práctica las siete virtudes protege a los mortales de la tentación de los siete pecados.
- Humildad: se trata de una característica que define a una persona que se muestra modesta y que en ningún momento cree estar por encima de los demás.
- Paciencia: es la actitud para sobrellevar de manera adecuada cualquier dificultad y contratiempo.
- Templanza: procura el equilibrio en el uso de los bienes y modera la atracción de los placeres. Garantiza que la voluntad se impone sobre los instintos.
- Caridad: guarda un vínculo muy estrecho con la empatía y la amistad.
- Generosidad: se conoce como tal al hábito de dar a los demás.
- Diligencia: es el cuidado en llevar a cabo una determinada tarea. En la práctica, implica cumplir con los compromisos y establecer metas.
- Castidad: un comportamiento voluntario que conlleva la moderación de los placeres sexuales por motivos sociales o religiosos.
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