En pleno confinamiento por la pandemia del COVID-19, pintar mandalas se ha convertido en el pasatiempo preferido de muchas de nosotras. No hay que olvidar que estamos atravesando una situación muy complicada, en la que emociones como la angustia y el miedo son completamente normales. Así que, más allá de pasar un rato entretenido, los beneficios de pintar mandalas son muchos.
Relajación
Los mandalas son figuras geométricas u orgánicas con un gran componente espiritual. Simplemente observarlos nos genera una sensación hipnótica que hace que nuestra mente se relaje. Por lo tanto, colorearlos es una de las mejores técnicas de relajación que existen, lo que nos resulta de gran ayuda en estos momentos.
Al relajar el cuerpo, dejamos a un lado las preocupaciones, lo que se traduce en menores niveles de estrés y ansiedad.
Identificación de emociones
Los colores que elegimos a la hora de pintar mandalas no son fruto de la casualidad. Según nuestro estado de ánimo escogemos unos u otros. Por lo tanto, uno de los grandes beneficios de pintar mandalas es que nos ayuda a expresar e identificar nuestras emociones.
Concentración
Cuando pintamos mandalas activamos nuestra capacidad de concentración. Son figuras geométricas que guardan cierta simetría, así que debemos estar muy concentradas para no equivocarnos en qué linea pintamos un determinado color. Nos centramos al 100% en esta tarea, despejando así nuestra mente y diciendo adiós a las preocupaciones, aunque sólo sea por unos minutos.
Creatividad
Y, por último, no hay que olvidar que colorear mandalas es una forma estupenda de fomentar nuestra creatividad y sacar la artista que todas llevamos dentro. Además, observar la creación después de realizarla genera bienestar y satisfacción.