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¿Cuáles son los trabajos más peligrosos del mundo?

Existen empleos en los que literalmente te juegas la vida. Por eso vamos a ver algunos de los trabajos más peligrosos del mundo. Es cierto que aquí solo veremos algunos de ellos, pero existen muchos en los que la persona se la tiene que jugar constantemente.

Entre algunos de los empleos que se consideran realmente peligrosos están los clásicos como pescador, sobre todo los de alta mar, y el obrero de la construcción, especialmente en altura, donde el riesgo es constante.

Pero existen otros empleos muy arriesgados que tal vez no son tan conocidos, pero que albergan un enorme peligro para la persona que los lleva a cabo. Descubramos algunos de ellos.

Los trabajos más peligrosos del mundo

Entre los trabajos más peligrosos del mundo, no nos podemos olvidar del aparejador de petróleo. Este profesional trabaja con una de las sustancias más combustible del mundo, por lo que, al instalar plataformas en alta mar, trabaja hasta uno o dos días sin dormir con materiales peligrosos y altamente inflamables. Como es lógico, no se puede permitir ni el más mínimo error.

Un profesional que se arriesga mucho, aunque no lo parezca, es el fabricante de microchips. ¿Crees que es un tipo que está tranquilo en su oficina engranando pequeños equipos informáticos? Pues no, ya que ha de usar elementos químicos tan peligrosos como el arsénico. Todo ello implica, a largo plazo, enfermedades peligrosas para la salud, como el cáncer.

Tampoco es fácil la vida del guía de montaña, especialmente en algunas de las más peligrosas del mundo, como el K2. A pesar de la experiencia y el conocimiento de los caminos, el riesgo se esconde a cada paso que da, pues hace frío, hay nieve, hay que llevar equipo pesado y los riesgos están a la orden del día.

¿Sabías existen especialistas en ordeñar serpientes? Para ello, cogen al reptil, lo introducen en un recipiente de plástico y extraen el veneno del animal para usos diversos, desde investigación médica hasta la producción de antídotos. Pero, por más que se aplican altas medidas de seguridad, la cosa no es fácil en absoluto, ya que el riesgo de mordedura siempre está presente.

Acabamos con otro empleo tristemente arriesgado. Una profesión especialmente peligrosa es la de corresponsal de guerra, aunque, por desgracia, hoy día ser periodista puede ser arriesgado casi en cualquier país, especialmente los democráticamente pobres o directamente dictatoriales. Estos profesionales se la juegan siempre para estar al pie de la noticia y hacernos llegar la realidad de lugares en conflicto donde el enemigo no entiende de derecho a la información.


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