Era una de las fechas más señaladas en el calendario, pero nadie habría nunca pensado que la situación de la familia Urdangarin diera un giro tan inesperado que las bodas de plata de la Infanta Cristina nunca llegaran a celebrarse.
Este 4 de septiembre se cumplen veinticinco años de uno de los enlaces más importantes de los últimos tiempos. En octubre de 1997, la ciudad de Barcelona se vestía de gala para la boda de la hija menor de los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía, la Infanta Cristina, con un consagrado deportista, Iñaki Urdangarin. Una unión que desde el principio estuvo marcada por la polémica, dado que se estuvo especulando con que el novio ya se había prometido a otra mujer, Carmen Camí, pero que cuando doña Cristina se cruzó en su camino, dio marcha atrás en esta relación. Ella nunca quiso hablar de este tema, ni siquiera ahora que el matrimonio ha hecho aguas.
Durante mucho tiempo, los duques de Palma fueron una de las parejas más destacadas del panorama patrio, hasta el estallido del Caso Nóos en el año 2006 .Fue el principio del fin de una debacle que les condenó al ostracismo. Sin embargo, a pesar de que a consecuencia de esto incluso doña Cristina acabó imputada y rompió relaciones con gran parte de su familia, su apoyo a su marido fue incondicional hasta el último momento.
Un apoyo pese a todo que el deportista no ha correspondido de la misma manera. El mismo año en el que la vida de Iñaki Urdangarin ha dado un giro y la libertad ha llamado a su puerta, justo cuando la posibilidad de recuperar su rutina y su estabilidad familiar estaban más cerca que nunca, el que fuera considerado el ‘yerno perfecto’ para el Rey Juan Carlos y la Reina Sofía, ha sido protagonista de la mayor de las traiciones.
Este mes de enero, la revista Lecturas sorprendía al mundo entero llevando a su portada unas imágenes en las que se veía a Urdangarin paseando de la mano de una joven rubia, que resultó ser una compañera de trabajo, Ainhoa Armentia. Días después y ante el estupor de propios y extraños, la pareja emitía un comunicado en el que confirmaba la «interrupción de su relación matrimonial». Una forma que recordaba al
«cese temporal de la convivencia» con el que los duques de Lugo confirmaran su separación y que, más tarde o más temprano, se concretará en divorcio. Mientras tanto, el ex deportista avanza a paso firme en su relación con Armentia.
A pesar de la ruptura, Iñaki y Cristina han sabido mantener las formas y hacer de tripas corazón -sobre todo en el caso de la Infanta-, por el bien de sus hijos. Algunos más que otros, han sabido aceptar la nueva situación de la familia, ya se sabe que, «son cosas que pasan y se gestionan de la mejor manera posible», pero mientras que Urdangarin no ha tenido reparos en dejarse ver en compañía de su novia retozando como si fuera un adolescente, la hermana de Felipe VI ha dado una lección de educación y entereza sobre cómo gestionar una situación que, sin duda, refleja la peor de las traiciones.
Este 4 de octubre seguro estaba marcado en el calendario de la hija de los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía como un momento de celebración, de júbilo, quizás de vuelta a la normalidad tras unos años marcados por la incertidumbre y las presiones. Quizás ahora ha llegado la hora de cerrar la puerta al pasado y hacer borrón y cuenta nueva. A veces un aniversario es solo eso, una fecha en el calendario que nos recuerda que hay que volver a empezar.
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