La Torre Eiffel de París es uno de los emblemas más conocidos a nivel mundial del país vecino. Se trata de uno de los monumentos que hasta día de hoy, se ha convertido en uno de los símbolos de la identidad nacional francesa, sobre todo, cuando, después de su construcción, el país comenzó a verlo como algo más que una simple torre llena de hierros.
¿Cuándo se construyó la Torre Eiffel?
Con motivo de la Exposición Universal de 1889 que se celebraría en la capital francesa, la autoridades pensaron en construir una torre de 300 metros para convertirse en la más grande del mundo. Se solicitaron proyectos para realizar la torre, que debía estar completa para la celebración de la Exposición Universal.
Gustave Eiffel presentó uno de sus diseños y, de entre los 107 diseños que se presentaron, resultó vencedor. El empresario contó con la ayuda de Maurice Koechlin y Emile Nouguier, como ingenieros del proyecto, y Stephen Sauvestre como arquitecto encargado.
El 1 de julio de 1887 se puso la primera piedra de la construcción de la Torre Eiffel. Sobre el terreno, se estima que trabajaron de entre 150 y 300 obreros que seguían las órdenes de sus superiores para que, en un tiempo récord, la que sería la torre más alta del mundo estuviera lista para la inauguración de la Exposición Universal de París.
En cinco meses los cimientos de la torre estaban ya listos y, en tan solo veintiún meses más, la construcción pudo darse por finalizada.
El 31 de marzo de 1889 la obra de la construcción de la Torre Eiffel llegó a su fin, convirtiéndose durante muchos años en la gran torre de Francia y de buena parte del mundo.
Polémicas sobre la torre
Desde el principio, la mayoría de los franceses no vieron con buenos ojos la construcción de la torre en el Campo de Marte. La mayoría de la población gala, en especial la parisina, criticó duramente esta construcción a la que llegaron a calificar de «amasijo de hierros».
Hubo hasta algunas sonadas protestas durante su construcción. Una de ellas se lanzó el 14 de febrero de 1887 cuando un grupo de artistas quiso parar las obras encabezados por escritores como Alexandre Dumas y Guy de Maupassant.
Pero la construcción siguió su curso, y poco a poco, todas las críticas al monumento se tornaron en alabanzas y admiración por parte de la sociedad francesa. El éxito incontestable de la Torre Eiffel hizo que se convirtiera de un monumento odiado a uno de los más queridos del país.
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