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¿Cuántas plataformas petroleras hay en el mundo?

Las industrias petroleras son una fuente importante de ingresos para los países que poseen campos de petróleo crudo. Estas industrias exportan petróleo a diferentes naciones del mundo y, dado que la mayoría de las economías del mundo todavía dependen de los combustibles derivados del petróleo, genera ingresos sustanciales a los productores y empleos a los ciudadanos. Sin embargo, en sus exploraciones y actividades diarias, estas petroleras tienen un impacto negativo en el medio ambiente, pero ¿de qué número estamos hablando? ¿Cuántas plataformas petroleras hay en el mundo?.

¿Cuántas plataformas petroleras hay en el mundo?

El número total de plataformas operando en el mundo para la exploración o extracción de petróleo y gas es de 1.551 (según cifras de 2016). Los datos son de Baker Hughes Inc. , gigante mundial que brinda servicios y consultoría a empresas petroleras, que en su informe anual destaca una reducción del 40% en comparación con datos de 2015.

El conteo de las plataformas no es un ejercicio de estadística: es el barómetro del estado de salud del sector, empujado a una tendencia negativa por el bajo precio del petróleo crudo, que para febrero de 2022 se dice que estará la baja a un precio de unos 76 dólares por barril.

Los precios bajos son perjudiciales para el medio ambiente

A pesar de los vaivenes esporádicos e inestables alcistas, lo que está sucediendo es que las petroleras han reducido gastos e inversiones en minería e investigación de nuevos campos, en algunos casos de manera significativa. En los Estados Unidos, por ejemplo, el número de plataformas de perforación en funcionamiento nunca ha sido menor en 60 años. Las plantas no se desmantelan: se paran y ponen en espera, a la espera de que el precio del barril vuelva a ser ventajoso, al menos según el criterio de las empresas interesadas.

Este último es un escenario que los analistas de Baker Hughs y otras firmas consultoras no ven en el horizonte. De hecho, prevén el cierre de otras plantas de extracción, así como el aumento de las solicitudes de subvenciones y otros paracaídas financieros de las empresas petroleras.

Además, agregamos, el bajo precio por barril puede tener un pequeño impacto positivo en nuestro gasto per cápita, pero un gran impacto negativo en el medio ambiente y la investigación. Con el petróleo a un precio «de regalo» se vuelve más difícil para los grandes inversionistas privados encontrar una ventaja para invertir capital en la búsqueda de soluciones alternativas a los hidrocarburos, y se vuelve más difícil para los tomadores de decisiones políticas tomar decisiones impopulares pero indispensables, tomando con decisión la camino que debería sacarnos de la economía petrolera.


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