Conchita Pérez lleva años siendo una pieza clave en cada ‘Deluxe‘. La aragonesa ha trabajado desde hace 12 años en el programa de Telecinco como poligrafista, con una función esencial: decir si el famoso que se sienta en el programa y se somete al polígrafo miente o dice la verdad ante cuestiones de lo más delicadas.
Conchita lleva 15 años siendo poligrafista profesional y no sólo trabaja en Mediaset, sino que hace también sesiones privadas. De hecho, está dada de alta como autónoma. “Yo esto no lo hago por dinero. Podría estar jubilada desde hace años pero soy feliz sacando a la gente de dudas. Recibo todos los días mensajes de agradecimiento”, asegura en una entrevista reciente para LOC (El Mundo). “Mis amigas de Zaragoza me envidian. Ellas ya jubiladas y yo siempre muy activa, muy contenta con lo que hago”, añade.
Conchita, en el ‘Deluxe’.
El precio que cobra Conchita por sesión
Pero, ¿cuánto puede costar una sesión privada con Conchita? La poligrafista también lo desvela en la entrevista con el citado medio: 375 euros, un precio que antes de la pandemia era más caro (450 euros) y que bajó porque “muchos se quedaron sin trabajo”. ¿Las consultas que más le hacen los clientes? Relacionadas con robos e infidelidades.
El pasado de la poligrafista del ‘Deluxe’
Pero, ¿cómo llegó Conchita a interesarse por el polígrafo y qué estuvo haciendo antes? Tal y como explica en la mencionada entrevista, la aragonesa ha sido empresaria toda su vida. Hija de padres que poseían hoteles y gasolineras, durante “muchos años” fue directora de hotel. “Me sirvió para captar cómo funciona la gente“, comenta. Terminó montando su propia empresa, dedicada al sector petrolero.
No obstante, en un momento dado decidió dar un giro a su vida y trayectoria profesional. “Como soy católica y creo que todos tenemos un camino en la vida me interesé por la poligrafía. Pensé en que es muy difícil demostrar que algo ha ocurrido en el pasado sin la presencia de testigos“, explica.
Canales Rivera junto a Conchita en el ‘Deluxe’.
Conchita quiso profesionalizarse y, para hacerlo, estudió a distancia en la American Polygraph Association (APA). “Como no podía dejar a mi madre sola durante seis meses, vinieron profesores de EEUU a darme clases. Me costó mucho dinero pero bueno, soy feliz“, asegura.