La Neta Neta

Cuatro días encerrado en una jaula

Imagen facilitada por la Guardia Civil que muestra a un agente tras la detención de tres personas relacionadas con el secuestro de un vecino de Santoña retenido en una cabaña de Rasines.
Imagen facilitada por la Guardia Civil que muestra a un agente tras la detención de tres personas relacionadas con el secuestro de un vecino de Santoña retenido en una cabaña de Rasines.GUARDIA CIVIL / Europa Press

El hombre volvía a su casa de Santoña (Cantabria) desde la cercana localidad de Noja cuando un coche se detuvo, tres personas le hicieron pararse, lo golpearon, le cubrieron la cabeza y lo trasladaron al pequeño Rasines, aunque él no sabía ni dónde estaba. Allí sus captores lo encerraron en una jaula dentro de una minúscula cabaña inadvertida entre las grandes casonas, varias de ellas vacías durante largas temporadas, de la localidad cántabra. Nadie podía imaginar que en ese chamizo de madera había una persona secuestrada y golpeada constantemente por sus tres captores, que le juraban que solo lo soltarían si les pagaba 14.000 euros. En caso contrario, seguiría sufriendo. Pero el hombre aguantó y logró ser finalmente liberado, tras frustrar a los criminales, que desistieron de sus propósitos y lo dejaron marchar. Acabaron detenidos por la Guardia Civil, tras denunciar la víctima su calvario.

Todo comenzó el pasado 17 de junio por la tarde, en la carretera de Helguera, que une Noja con otros municipios cántabros, tanto costeros como de interior, que en verano se llenan de viajeros o de inquilinos de segundas residencias. En esa estrecha vía fue secuestrada la víctima, residente en Santoña, y conducida en Rasines, a apenas media hora en coche. El santoñés, con los ojos tapados, no vio cómo lo trasladaban hacia ese lugar, al que se llega tras atravesar las marismas de la ría de Treto. Rasines es un lugar de 900 habitantes, con grandes viviendas antiguas muy distanciadas, y que apenas tiene jaleo más allá de las fiestas veraniegas. Una vecina de la zona, que prefiere no revelar su identidad, precisa que el lugar elegido para depositar al hombre fue una cuadra, en la parte exterior del pueblo y cerca de la carretera. La cuadra, añade, había sido embargada por el banco hace varios años y nadie le daba uso hasta que los captores decidieron apropiarse de ella para alojar a su víctima.

La banda trató, durante cuatro días de agresiones y amenazas, que la persona a quien habían arrojado a una jaula les diera 14.000 euros a cambio de su libertad, la misma cantidad que los atacantes creían que había cobrado por una indemnización, pero no lo consiguieron. De hecho, llegaron a desplazarse al domicilio del secuestrado para sustraerle un coche, un vehículo que se unió al que le quitaron a la víctima cuando la retuvieron, y documentación personal. El turismo que le arrebataron de su casa apareció en Palencia y, a la larga, ayudaría a detener a los criminales.

Una vez en libertad, alguien avisó a una ambulancia y el hombre denunció después su secuestro. Las investigaciones condujeron a que uno de sus raptores, un varón de 45 años, fuese arrestado en el propio Rasines, donde vivía. Mismo destino corrieron sus dos compinches, una pareja de 42 y 43 años que residía en Noja. La Guardia Civil —cuyas fuentes apuntan a que la mujer detenida conocía a la víctima— les imputa los delitos de secuestro, extorsión, lesiones, robo con fuerza, sustracción de dos vehículos a motor y pertenencia a grupo organizado.

Las múltiples lesiones que los delincuentes provocaron al secuestrado hicieron que este, una vez el grupo lo soltó, tuviera que pasar cuatro días ingresado en el hospital para recuperarse. Ya ha recibido el alta y ha podido regresar a su domicilio tras pasar cuatro días y cuatro noches sin salir de una jaula en una cuadra de madera.


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