Bilbao es una de esas ciudades que todo el mundo debería visitar, al menos, una vez en la vida. Si este 2023 te apetece hacer una escapada con tu familia y/o amigos, es un destino fantástico en cualquier época del año. Hay sitios que no puedes perderte, como el Museo Guggenheim, la Catedral de Santiago o el Museo de Bellas Artes. Claro que Bilbao también alberga lugares desconocidos que merecen muchísimo la pena y que no aparecen en las guías de viaje.
Iglesia Bilborock
El origen de la Iglesia de la Merced se remonta al siglo XVIII. En la actualidad, su función ha quedado muy lejos. Hoy en día es Bilborock, un espacio de encuentro social y cultural de referencia en la capital vizcaína. Se organizan conferencias, presentaciones, conciertos, etc.
Cuenta con tres espacios: sala polivante, sala Lab y siete salas de ensayo. La sala polivalente es un epacio abierto a un amplio abanico de propuestas, con un aforo de 150 personas sentadas y 300 personas de pie. Está diseñada para acoger todo tipo de actividades socioculturales, artísticas y escénicas.
«Bilborock es un espacio de referencia para las personas y colectivos jóvenes y las empresas y entidades promotoras culturales donde impulsar, crear, exhibir, experimentar, producir y compartir iniciativas de interés para las personas jóvenes en la ciudad»
Callejón Zolo
Uno de los lugares más desconocidos, y también más bonitos, de Bilbao es el Callejón Zolo, situado muy cerca del Estadio de San Mamés. Se trata de un estrecho pasadizo situado a la altura de la Calle San Mamés número 11. Las paredes blancas con detalles en azul y macetas con flores te harán sentir como si hubieras viajado a Andalucía.
Piscina del Azkuna Zentroa
El Azkuna Zentroa Alhóndiga es un antiguo almacén de vino reconvertido en centro de cultura y ocio. Uno de sus principales atractivos es la piscina con suelo de cristal que hay en su terraza. Por lo tanto, al caminar por debajo puedes ver a los nadadores en el techo.
Iralabarri
¿Sabías que Bilbao tiene su propio ‘Nothing Hill’? El barrio de Iralabarri fue construido a principios del siglo XX para acoger a los trabajadores de Harino Panadera.
El resultado fue este pintoresco barrio compuesto por un conjunto de viviendas adosadas de inspiración inglesa, aunque con algunos toques vascos. Se encuentra a tan solo 15 minutos caminando del centro de la ciudad, y es un lugar fantástico para pasear y hacerte fotos.
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