Las calles de La Habana y de varias ciudades y pueblos de Cuba vivieron este domingo las mayores manifestaciones contra el Gobierno desde el ‘maleconazo’ de 1994, durante el llamado Periodo Especial, cuando cientos de cubanos salieron a protestar por la precaria situación económica en vísperas del estallido de la crisis de los balseros. Otra vez, el detonante del plantón de este domingo, en el que participaron miles de personas en todo el país y se saldó con centenares de detenidos, fue la grave escasez y las penurias que sufren los habitantes de la isla, agravadas por los efectos de la pandemia. Inusuales gritos de “libertad” y “abajo la dictadura” se pudieron escuchar en La Habana Vieja y otros lugares de Cuba, amplificados por las redes sociales, que en los últimos meses han sacudido el panorama político del país.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, salió de inmediato en la televisión culpando a Estados Unidos y a su política de embargo del empeoramiento de la situación económica y de alentar las protestas: “Estamos convocando a todos los revolucionarios, a todos los comunistas, a que salgan a las calles y vayan a los lugares donde vayan a ocurrir estas provocaciones”.
Más información
La chispa comenzó en el pequeño poblado habanero de San Antonio de los Baños, donde cientos de personas se echaron a la calle por los largos apagones y en demanda de ser vacunados, pero después pidiendo “libertad” y cambios políticos, protesta que en pocos minutos llegó a Facebook y se difundió en vivo, generando convocatorias de más manifestaciones en las redes. Díaz-Canel se trasladó a San Antonio de los Baños al mediodía y recorrió el pueblo, habló de la difícil situación epidemiológica que vive el país y de los esfuerzos del gobierno para hacerle frente. En los últimos días se han multiplicado exponencialmente los casos positivos de covid-19 y los fallecidos por la pandemia, poniendo a provincias como Matanzas al borde del colapso sanitario.
El presidente cubano advirtió que si “hay personas con insatisfacciones legítimas por la situación que están viviendo, y también revolucionarios confundidos”, al mismo tiempo “hay oportunistas, contrarrevolucionarios y mercenarios pagados por el Gobierno de EE UU para armar este tipo de manifestaciones”.
Fue entonces cuando dijo que no “se permitirán provocaciones” y pronunció la famosa frase que era un mantra de Fidel Castro: “La calle es de los revolucionarios”. “Aquí ningún gusano ni contrarrevolucionario va a tomar las calles”, dijo, y exhortó a frenar “las campañas mediáticas” y a que “el pueblo no se deje provocar”. Es decir, a la calle los fieles a combatir las protestas.
Salieron pronto noticias en Internet de manifestaciones simultáneas en el pueblo oriental de Palma Soriano, en Santiago de Cuba, en Alquízar y en otros lugares, algo absolutamente inédito en Cuba, y también hubo una convocatoria frente al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), en el barrio del Vedado, de algunos miembros del 27-N, el grupo de artistas que a finales del año pasado se manifestó frente al Ministerio de Cultura pidiendo libertad de expresión y el cese del hostigamiento contra los creadores contestatarios y disidentes. La sentada en el ICRT, en la que participaron decenas de personas, produjo una contramanifestación que acabó en acto de repudio y el arresto de todos los que protestaban.
A esa misma hora, varios miles de personas se concentraron en el Parque de la Fraternidad, cerca del Capitolio, en La Habana Vieja, convocados por las redes. En poco tiempo se reunieron allí varios miles de personas, manifestantes, curiosos y grupos de defensores de la revolución. Unos gritaban “Libertad” y “Patria y Vida” —la canción hecha por un grupo de artistas cubanos radicados en Miami y en la isla que ha retado al gobierno de La Habana—. Los otros coreaban “Viva la revolución” y “Patria y Fidel”.
Los detenidos por la policía fueron más de un centenar, obviamente todos de los del primer bando, pero no se disolvió la manifestación con gases lacrimógenos ni nada parecido. Hubo golpes a vehículos policiales cuando se llevaban a alguien, un fotógrafo español de la Associated Press fue agredido por agentes del orden en medio del molote, y en Cárdenas, uno de los pueblos más afectados por el actual brote de coronavirus, llegaron a volcar una patrulla policial. Fue como el ‘maleconazo’, pero más grande. En el trasfondo, el gran descontento popular por la grave crisis que atraviesa el país, con colas inmisericordes de horas para comprar artículos de primera necesidad y una agudísima situación de escasez de medicamentos, y en momentos en que la isla vive el peor brote de coronavirus: ayer se batió el récord de casos positivos, más de 6.900 en un solo día, el doble que dos días antes y diez veces más que hace solo unos meses.
Después de recorrer las calles de San Antonio de los Baños, Díaz-Canel fue a la televisión cubana y habló de lo que estaba sucediendo. Afirmó que el hilo conductor de todo, más allá de las graves dificultades derivadas de la ineficiencia de la economía cubana, era el recrudecimiento del embargo norteamericano. “Empezaron a recrudecer una serie de medidas restrictivas, de recrudecimiento del bloqueo, de persecución financiera en contra del sector energético con el objetivo de asfixiar nuestra economía, y que eso provocara el anhelado estallido social masivo que siembre las posibilidades para, con toda la campaña ideológica que se ha hecho, poder llamar a la intervención humanitaria que terminan en intervenciones militares y en injerencias”.
Mencionó la situación dificilísima que atraviesa la provincia de Matanzas, con una tasa de más de 1.300 infectados por cada 100.000 habitantes en los últimos 15 días, que ha provocado la toma de medidas de emergencia, como que el Gobierno haya mandado allí a miembros de las brigadas médicas Henry Reeve, que Cuba habitualmente envía a misiones internacionales cuando hay catástrofes humanitarias. Nunca antes se habían desplegado dentro del país. “De manera muy cobarde, sutil y oportunista y perversa, a partir de las situaciones más complicadas que hemos tenido en provincias como Matanzas y Ciego de Ávila, estos que siempre han estado aprobando el bloqueo y que sirven como mercenarios de la calle del bloqueo yanqui, empiezan a aparecer con doctrinas de ayuda humanitaria y de corredor humanitario”, aseguró.
Reflejo de la preocupación oficial que suscitaron las manifestaciones del domingo, tras el discurso de Díaz-Canel la televisión cubana emitió un programa en vivo en el que conectó con todas las provincias del país mostrando declaraciones de apoyo a la revolución y asegurando que todo lo sucedido era producto de la subversión alentada desde Estados Unidos, amplificada por las redes sociales. Por la noche, en las calles más calientes de La Habana, se desplegó un amplio operativo policial. Por si acaso.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región
Source link