De todos los pescados que existen, el atún es uno de los más nutritivos gracias a su alto contenido en proteínas, minerales, vitaminas y ácidos grasos Omega 3. Aunque hay quienes consumen el atún fresco, la presentación más habitual de este pescado es en lata. Ahora bien, comer el atún enlatado en exceso puede afectar negativamente a la salud.
Atún en lata: beneficios y contraindicaciones
El atún es un pescado azul muy apreciado por ser una fuente rica en ácidos grasos Omega 3, que cuidan la salud cardiovascular. Por lo tanto, consumirlo con regularidad ayuda a mantener el corazón sano.
A esto hay que sumar que es bueno para los músculos por su alto contenido en proteínas de alto valor biológico, razón por la cual es uno de los pescados favoritos de los deportistas. Además, aporta vitaminas del grupo B, que reducen los niveles de colesterol malo, y vitamina D, que ayuda en la absorción de fósforo y calcio.
También es un alimento muy recomendado por los nutricionistas para la pérdida de peso porque genera sensación de saciedad. Una lata de atún por la noche es fantástica para absorber una proteína saludable sin tener la más mínima sensación de pesadez.
¡Cuidado con el mercurio!
El hecho de que el atún en lata sea beneficioso para la salud no significa que debamos consumirlo en exceso, ya que puede llegar a ser perjudicial. Uno de los peligros tiene una relación con su alto contenido en mercurio.
«La Agencia de Seguridad Alimentaria (AESAN) ha alertado en distintas ocasiones de la presencia en diferentes pescados de mercurio, un metal pesado que puede ser muy tóxico», señala la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
El mercurio puede tener efectos tóxicos en algunos sistemas del cuerpo humano, como el nervioso, así como en determinados órganos, como el hígado y los riñones. El más peligroso de todos es el neurotóxico y el embarazo es el periodo de exposición más sensible.
La Oficina de Evaluación de Riesgos a la Salud Ambiental (OEHHA) recomienda el consumo de atún solamente 2 veces por semana. Lo ideal es alternar el atún fresco y el atún en lata.
Por último, cabe señalar que la toxicidad del mercurio depende de diferentes factores, como su forma química, tipo, dosis de exposición y edad en la que se produce. De todas las especies químicas de mercurio que se encuentran en los alimentos, el compuesto orgánico metilmercurio es el más tóxico, que se encuentra principalmente en pescados y mariscos.
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