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Cuidado si subes una bolsa de patatas fritas a un avión: podría ocurrirte esto

¿Alguna vez has pensado en subir una bolsa de patatas a un avión? Puedes hacerlo para hacer el siguiente experimento y comprobar qué es lo que sucede. Observarás cómo se hincha a medida que el avión vaya ganando altitud.

En el descenso, la bolsa de patatas se deshincha. Si no lo hace, es porque hayas aterrizado en un lugar cuya altitud es muy elevada. Por ejemplo, La Paz, la capital de Bolivia, se encuentra a 3.625 metros de altura sobre el nivel del mar. Es la ciudad más alta del mundo.

Pero, ¿por qué ocurre esto? Es pura ciencia. La presión atmosférica disminuye con la altitud. A nivel del mar es de aproximadamente 100 KPa, mientras que a la altitud de crucero de un avión comercial (10 kilómetros) de 26 KPa.

A esta presión tan baja, los seres humanos no podemos sobrevivir mucho tiempo. Por este motivo, es necesario que la cabina esté presurizada. Las aerolíneas mantienen una presión en los aviones equivalentes a la que habría a 2.000 metros de altitud. Aunque es una presión más baja que la del nivel del mar, es suficiente para viajar de manera cómoda y sin sufrir ningún problema de salud.

Lo que ocurre con las bolsas de patatas fritas es que estas contienen aire atrapado en su interior a la misma presión que la presión atmosférica del lugar donde fueron fabricadas. En ese lugar la presión dentro y fuera de las bolsas es la misma, por lo que el aire del interior empuja hacia fuera con la misma fuerza que el aire del exterior empuja hacia dentro.

En el avión, debido a la altitud, la presión fuera de la bolsa de patatas es menor que la de dentro. Por lo tanto, es el aire del interior el que empuja con más fuerza y, en consecuencia, se hincha. A medida que el avión desciende, vuelven a igualarse las presiones en el interior y en el exterior, así que la bolsa se deshincha.

¿Tomar un refresco en el avión? Mejor que no

Todas las aerolíneas ofrecen una carta muy extensa de bebidas en los aviones, entre ellas los refrescos. El principal problema que presentan estos es que los asistentes de vuelo van a tardar mucho más tiempo en servirlo que en tierra firma.

La baja presión y la elevada altitud hacen que los refrescos generen muchas más burbujas de lo normal. Además, favorecen la deshidratación por su alto contenido en azúcares, y en vuelo, sobre todo si es largo, es necesario que el organismo esté bien hidratado.


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