Si de grandes imperios a lo largo de la historia de la humanidad hablamos, sin dudas uno de los más destacados fue el mongol, civilización que supo expandirse a través de buena parte de los actuales continentes asiático y europeo. Debe parte de su fama a valientes guerreros y políticos. Y, entre ellos, probablemente el más reconocido sea Gengis Kan.
Hablamos de un soberano tan popular por su capacidad en el frente de batalla, como así también por lo despiadado que resultaba, incluso en tiempos en los que las disputas por tierra o dinero se saldaban con sanguinarios enfrentamientos.
Un poco de biografía
En cualquier caso, los expertos coinciden en que Genghis Khan nació en el año 1162, hijo de Iasugai, jefe de la tribu kiyata-borjigin, y cuyo nombre de pila era, en realidad, Temujin.
Huérfano desde su adolescencia, Gengis Kan fue abandonado por quienes respondían temerosamente a su padre desarrollando, a partir de ese fatídico evento, muchas de sus habilidades.
En 1179 se casó con Borte, su mujer con la que se había comprometido a los apenas nueve años de edad siguiendo las tradiciones locales. La leyenda cuenta que, una década más tarde, Gengis Kan defendió a su esposa y su tribu de un ataque de los merkitas, siendo nombrado como nuevo jefe.
Fue en ese preciso momento que cambió su nombre de Temujin a Genghis, “guerrero perfecto” en idioma mongol, y comenzó a dedicarse a ampliar las fronteras de su, entonces, pequeño imperio.
Para 1192 había derrotado a los tártaros, y se había ganado la confianza de la dinastía que reinaba en el norte chino y sur mongol, los Chin. Su nombre fue recorriendo rápidamente los pueblos vecinos en la medida en que caían vencidos ante Gengis y su ejército, y en 1206, acumulando un poder pocas veces antes visto, se le proclamó señor, Kan, de allí su nombre definitivo.
Sin embargo, sus ataques a China terminaron de confirmarle como uno de los grandes líderes de todos los tiempos. Iniciados en 1211, los mongoles sobrepasaron rápidamente la defensa de los chinos, asesinando y saqueando a su paso, y llevándose buena parte de los tesoros imperiales.
Luego Gengis Kan había conquistado casi toda China, Tayikistán y Persia, un hito único, irrepetible, que le llevó a dominar desde China hasta el Golfo Pérsico.
En el apogeo de su vida, Gengis Kan falleció el 18 de agosto de 1227 por causas que aún no han sido establecidas con precisión.
La obra de Gengis Kan
Más allá de su obra bélica, Gengis Kan fue clave para la conformación del actual Estado mongol, reuniendo las leyes de las distintas tribus en el jasak, una especie de constitución de la época.
Ostentó los títulos de Soberano Supremo de los Mongoles, Gran Asesino, Guerrero Perfecto, Señor de Tronos y Coronas, Emperador de Todos los Hombres. Además del de Gengis Kan, claro.
Su nieto, Kublai Khan, fue el primer emperador no chino en ejercer este cargo en China.
Frases de Gengis Kan
- “Si tienes miedo, no lo hagas, si lo estás haciendo, ¡no tengas miedo!”
- “Soy un castigo de Dios. Y si no hubieras cometido grandes pecados, Dios no habría enviado un castigo como yo”
- “Sin la visión de una meta, un hombre no puede administrar su propia vida, y mucho menos la vida de los demás”
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