La calabaza es uno de los principales símbolos de Halloween. Una de las grandes tradiciones para disfrutar de la noche más terrorífica del año es tallar calabazas, que tiene su origen en Irlanda y Escocia. Se cree que este gran fruto guía a las almas buenas y ahuyenta a los malos espíritus.
Origen de la calabaza en Halloween
Al contrario de lo que muchos creen, el origen de la calabaza en Halloween no está en Estados Unidos, sino en Irlanda y Escocia. La teoría más extendida tiene a Jack el tacaño como protagonista.
Jack era un granjero que consiguió engañar dos veces al diablo. Utilizando un crucifijo lo atrapó y le obligó a hacer una promesa: que nunca se llevaría su alma. Una vez Jack murió, no podía ir al cielo ni al infierno.
El granjero se vio solo en la oscuridad, y decidió coger una brasa y la colocó en el interior de un nabo hueco. Desde entonces Jack continúa vagando eternamente en busca del descanso que no podrá encontrar jamás.
La mala imagen de la calabaza en la Antigua Grecia
En la Antigua Grecia este era un fruto que tenía muy mala reputación. Era considerado un alimento antiafrodisíaco, y se utilizaba habitualmente para anular la líbido tanto de hombres como de mujeres, y así evitar los escarceos amorosos.
Dar calabazas…
Una de las tradiciones más curiosas relacionadas con las calabazas tenía lugar hace muchos años en las áreas rurales de Cataluña. Cuando un pretendiente era invitado a comer a casa de la chica, podía encontrarse con dos situaciones bien diferentes.
Si la familia de ella le ofrecían fuego para el tabaco suponía que aprobaba la relación. Si por el contrario le servían un plato de calabaza, el joven tenía que dar por hecho que había sido rechazado, y tenía que marcharse.
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