Hay un tema de matemáticas en los colegios que pone en pánico a los estudiantes cuando lo leen en el índice. La raíz cuadrada al principio resulta una fórmula matemática muy compleja y difícil de entender. Además, el inicio de ese aprendizaje pasa por saber cómo se hace una raíz cuadrada. Algo que se olvida en cuanto empezamos a depender de las calculadoras. Pero en realidad esta fórmula es mucho más útil de lo que piensas en esos años.
Los primeros indicios de esta expresión datan del 1650 a.C., en el Papiro de Ahmes, donde se explica cómo los egipcios ya las usaban. Estas civilizaciones antiguas, como los babilonios o los indios también las utilizaban. Pero el símbolo tal y como lo conocemos ahora es más moderno. El matemático Christoph Rudolff introdujo el símbolo que utilizamos en la actualidad en 1525, en su tratado de álgebra Cross. En realidad, el símbolo es una extensión de la letra r, pero más estilizada.
¿Para qué sirve una raíz cuadrada?
La definición la explica como la forma de obtener una función real cuyo dominio e imagen está dentro de los números reales no negativos. Es decir, para todo número x existe un único número no negativo que, elevado al cuadrado, obtiene x. La geometría y la obtención de longitudes diagonales en un cuadrado fueron el origen de su uso.
Las raíces cuadradas, al igual que otras expresiones matemáticas, tiene ciertas propiedades. Aquí tienes las más importantes:
- Multiplicación de raíces de mismo índice: se conserva el índice y se multiplican las bases.
- División de raíces de mismo índice: se conserva el índice y se dividen las bases.
- Raíz de una raíz: se multiplican los índices y se mantiene la base.
- Ingreso de un factor en una raíz: se multiplica el factor por el índice de la raíz.
- Extracción de factores: solo se puede hacer cuando la base está elevada al mismo índice que la raíz.
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