El azul pastel, como todos los colores, tiene una serie de cualidades que gustan a muchas personas. Y es que, estos tonos algo más claros que su original simbolizan situaciones de agrado y bienestar. ¿Te parece si conocemos más curiosidades al respecto?
El azul pastel comparte color ‘pastel’ con otros tonos, como son el amarillo, el verde y la lavanda. Se lo considera como símbolo neutro, calmante gracias a su densidad ligera y algo lavada, ya que su saturación va de un nivel bajo a un máximo de intermedio.
Cada país tiene su propia psicología del color dependiendo de la cultura y el simbolismo. En este caso, podemos poner el ejemplo de Estados Unidos donde, igual que en casi todo el mundo Occidental, el azul pastel se asocia a la primavera y la festividad. Por ello no es extraño encontrarlo en muchos diseños de moda de este tipo de fechas.
Y, hablando de la psicología del color, cada tonalidad se asocia a ciertas situaciones particulares. En este caso, simboliza la armonía, la paz y la tranquilidad y relajación.
Cómo se obtiene el azul pastel
Para lograr los tonos pastel, generalmente solo hay que añadir algún color blanco o claro, y así se suaviza la densidad y saturación del original. En este caso, un leve toque blaquecino puede lograr ofrecer la imagen de limpieza y delicadeza tan asociada al mundo infantil del azul pastel.
Este color que nos ocupa aquí hoy se dice que se extrae de una planta llamada Isatis Tinctoria, llamada también pastel, y que tiene unas flores amarillas. De sus hojas se saca el tinte para lograr la tonalidad perfecta.
Dicha planta se localizó por primera vez, que tengamos constancia, en el siglo XVI en el sur de Francia, concretamente en la región de los Midi-Pyrinées. Antaño, la hierba era cultivada en la zona de Carcassonne, famosa por su fortaleza cátara, así como en ciudades como Toulouse y Albi.
Esta hierba era la que permitía que los tejidos, antaño, se tiñesen con un toque azul muy característico y profundo. Dada la calidad del tono obtenido, los mercaderes del lugar no tardaron en comenzar a exportar sus creaciones por toda Europa, logrando con ello una gran riqueza.
Pronto, los ricos mercaderes comenzaron a fabricar palacios fastuosos y magníficos en la región, muchos de los cuales se conservan todavía en Toulouse.
La zona pronto se conoció como el Pays de Cocagne, debido a la posibilidad de machacar y secar la flor de pastel, así como sus hojas, de lo que se extraían unas bolas llamadas cocagnes, y de ahí se sacaba el color.
Sin embargo, de estas hojas y flores se podían extraer más tonos, además del azul pastel. En total, eran cinco tonalidades, siendo el naciente la más suave, y el azul infierno, muy oscuro, el más extremo.
Finalmente, llegó el índigo desde América y la planta de pastel cayó en desuso, ya que igualmente se podía extraer la tonalidad sin gran problema.
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