Algunos peregrinos asiáticos aguardan frente a la Basílica de la Natividad este martes 24 de diciembre. No son más de una docena.
Nadim está a cargo de una tienda de recuerdos que ha pasado de generación en generación desde hace 200 años. “Este año, Belén está triste. No tenemos turistas. Ni siquiera hay adornos en Belén. Realmente no parece Navidad”, dice el vendedor.
De los 80 hoteles de la ciudad, sólo 22 están abiertos. Elais Arja dirige el establecimiento Belén, que está casi desierto. “La crisis empezó con el Covid, y estuvimos cerrados dos años. Luego abrimos sólo unos meses. Desde el comienzo de la guerra, hemos tenido que cerrar nuevamente por falta de clientes. Tengo 400 habitaciones aquí. A 50 dólares la noche, tengo pérdidas de más de 8 millones de dólares”.
Belén acoge este año solo el 2% de sus turistas habituales. “Cada día, la ciudad pierde ingresos de hoteles, restaurantes y souvenirs”, dice a RFI Majed Israk, adjunto del ministro palestino de Turismo.
Un tercio de los habitantes de Belén no tiene ingresos
Peor aún, decenas de miles de residentes están sin trabajo. “ocho mil empleados vivían del turismo, y más de 10 mil trabajaban en Israel, sobre todo en el sector de la construcción. Pero desde el 07 de octubre de 2023 ya no se les permite cruzar la frontera. Hoy, un tercio de los habitantes de Belén no tiene ningún ingreso”, añade Israk.
Basta con ir al mercado del otro lado de la ciudad para darse cuenta de esta pobreza rampante. Mai hace compras allí con sus tres hijos. “Hay muchas cosas que no compro porque no tengo los recursos, incluidos productos esenciales. Mi marido no trabaja desde que empezó la guerra. Trabajaba en Israel”, dice esta señora madre de familia.
El padre Laurent, miembro de la Comunidad Apostólica Salesiana, se ocupa de una panadería solidaria. “Al principio, la panadería se creó para los pobres de la región de Belén, ayudando a 50 familias. Pero desde el comienzo de la guerra, ayudamos a entre 120 y 130 familias. Donamos la mitad de nuestro pan a obras de caridad. Las familias pagan una cantidad simbólica, como 5 euros al mes, por una cantidad de pan a diario”.
En una calle cercana al Nacimiento, un cristiano palestino expresa a RFI su mayor deseo para Navidad: ¡Paz, paz, paz y más paz!
Esperanzas de los gazatíes católicos
El Patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pizzaballa pudo por su parte ingresar a Gaza para celebrar el domingo una misa en la parroquia de la Sagrada Familia, donde se han reunido varios centenares de cristianos gazatíes. “Son la luz de nuestra Iglesia”, dijo a los cristianos de Gaza en la misa.
Era la segunda visita del Patriarca latino de Jerusalén al enclave palestino desde que inició de la guerra. “Vi que la destrucción, que ya era enorme cuando visité en mayo pasado, lo es aún más ahora. La basura, las alcantarillas, la higiene, los olores… Todo el contexto de la vida es muy difícil de ver. Es terrible”, dijo el cardinal a RFI.
Gaza está siempre llena de niños. Niños en las calles o en lo que queda de las calles. En medio de la devastación, de las ruinas, descalzos. Viven en malas condiciones. Es muy duro desde el punto de vista humano.
Israel había negado inicialmente el ingreso a Pizzaballa. Durante el fin de semana, el papa Francisco denunció que no le dejaran “entrar en Gaza, aunque se lo habían prometido”. El Patriarca latino de Jerusalén finalmente logró entrar el domingo pasado.
Este martes, el cardenal Pizzaballa celebrará la misa de medianoche en Belén.
RFI también se comunicó con el cura argentino Gabriel Romanelli, padre de la parroquia de la Sagrada Familia de Gaza. Aseguró que estaban descartadas “las grandes festividades y los festejos externos que se suelen hacer”. “Gracias a Dios hay voces cada vez más fuertes que hablan de una tregua, esperemos que se dé”, agregó.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, informó el lunes que había “avances” para un acuerdo sobre los rehenes retenidos en la Franja de Gaza.
Source link