El idioma español es uno de los más ricos del mundo en cuanto a expresiones y vocabulario se refiere. Tenemos muchas frases y expresiones que tienen un origen curioso, e histórico, y a veces es complicado saber de dónde vienen esas frases que solemos utilizar en muchas ocasiones.
Por ejemplo, «no dar palo al agua» proviene de una expresión naútica que ya en la antigüedad se escuchaba cuando un remero dejaba de remar y sus remos no tocaban el agua. Existen muchas expresiones que tienen un origen histórico desconocido, pero que han servido a lo largo de los años para hacer mucho más rico nuestro ya de por sí extenso e interesante idioma.
Estar sin blanca
Una expresión española muy conocida es «estar sin blanca» que hace referencia a quedarse sin dinero. El origen de esta expresión lo podemos encontrar durante el año 1379, con Juan I de Castilla. El rey acuñó una nueva moneda durante la guerra contra el Duque de Lancaster de Inglaterra.
Esa moneda se llamaba ‘Blanca del Agnus Dei’. Al principio, cuando el rey la puso en circulación comenzó a realizarse plata y de cobre, pero con el paso del tiempo, y la devaluación de la moneda, comenzó a realizarse solo en cobre, quedando su valor en muy poco.
Fue durante el reinado de Felipe II cuando la ‘Blanca’ se convirtió en una moneda de escaso valor por lo que la gente que no tenía dinero comenzó a utilizar la expresión «no tengo ni blanca».
En la época de las pesetas, esta expresión se actualizó cuando decíamos «estoy sin un duro».
Tirar de la manta
La expresión «tirar de la manta» hace alusión a cuando alguien se dispone a confesar algo, o desvelar secretos importantes, que afectarán a otros. Esta expresión tiene su origen durante el reinado de los Reyes Católicos y la expulsión de los judíos en 1492.
Durante los primeros años, los judíos empezaron a convertirse al cristianismo y los católicos de raza crearon un censo para saber quiénes eran los «cristianos de pura raza» y quiénes no.
Ese censo se realizaba y se colgaba en enormes telas en las parroquias de Navarra donde se identificaban a las familias judeoconversas con nombres y apellidos. Así todo el mundo sabía de quién se trataba,
Fue muy famosa la «tela» que se expuso en 1610 en la Catedral de Tudela donde aparecían más de 200 familias judías que se habían convertido al catolicismo. Esta manta estuvo expuesta hasta el siglo XIX.
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