¿De qué están hechas las chuches y cuáles son sus ingredientes?

Seguro que alguna vez, mientras disfrutabas de tus dulces o golosinas, tu madre te habrá dicho algo como “si tú supieras de qué están hechas”. Y lo cierto es que muchos hemos crecido con la idea inconsciente de que son productos que debemos evitar en la medida de lo posible. Curiosamente, a pesar de ello, no podríamos explicar de qué están hechas las chuches.

Es por este motivo que en las siguientes líneas queríamos detenernos en los ingredientes de clásicos como caramelos, gominolas, chicles, y otras chucherías que consumimos desde que somos muy pequeños, y que cuando llegamos a la adultez dejamos o tomemos mucho menos.

Entonces, ¿cómo se elaboran las chucherías?

Estas referencias, que anualmente suponen un gasto de 600 millones de euros para los españoles, están básicamente compuestas de azúcar, que supone el 50% de sus elementos internos, sin olvidar tampoco otros como los jarabes de glucosa, que se extraen de alimentos tradicionales y en teoría saludables, como la remolacha, el coco o la caña, pero que dejan de serlo durante el proceso.

Luego hay casos específicos, como el de las gominolas, cuya apariencia y tacto tan particular está relacionado con la utilización de gelatina, que se obtiene del colágeno animal, aunque en los últimos años también se emplea la pectina, un gelificante que se consigue de las frutas.

Por otro lado, para que esas gominolas conserven tanto su forma como su brillo que nos atrae, aprovechan otros derivados del reino animal, como la grasa y la cera de las abejas, mientras chucherías populares como las nubes tienen ese color por el uso de claras de huevo.

Azúcares, grasas, ácidos y colorantes

Pero la colección de ingredientes como mínimo discutibles no acaba allí, ya que los fabricantes suelen recurrir de igual modo a ácidos como el ácido ascórbico y ácido málico, de manera que potencian el sabor de las chuches más consumidas, dos sustancias que si bien no son nocivas dentro del organismo, no aportan ninguna clase de nutrientes, y es una pena saciarse con ellas.

Evidentemente, queda explicar cómo tienen esos colores que no dejan indiferente a nadie. Pues bien, se lo deben a los colorantes naturales, algunos de ellos que se logran aprovechando árboles tropicales, como la bixina, que tiende a los naranjas.

Todo esto, en un mercado que sigue improvisando y ofreciendo nuevas modas, como por ejemplo las chucherías picantes, con jengibre y chile, que comienzan a ser tendencia en España.


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