El salón es una de las estancias más importantes del hogar. En él vemos la televisión, descansamos y también recibimos la visita de amigos y familiares, así que es fundamental prestar especial atención a su limpieza para que siempre esté impecable. Puede parecer algo complicado, pero en cinco simples pasos podemos limpiar el salón casi sin esfuerzo.
Ventilación
En primer lugar, debemos ventilar la estancia para que circule el aire fresco y así eliminar cualquier olor acumulado, como el de mascotas o el de tabaco, por ejemplo. Es fundamental que el ambiente sea lo más saludable y agradable posible. Además, la ventilación reduce la concentración de contaminantes en el aire, como los alérgenos o el polvo, que pueden dar lugar a problemas de salud, como alergias.
Textiles
Una vez el salón está ventilado, comenzamos aspirando la alfombra y el sofá. Si alguna de estas superficies tiene una mancha, debemos tratarla con anterioridad. Para esta tarea, la boquilla para tapicería de la aspiradora es nuestra mejor aliada. Para asegurarnos de que la alfombra y el sofá quedan perfectamente limpios, pasamos la boquilla varias veces en la misma zona.
Muebles
A la hora de limpiar los muebles, debemos empezar por los superiores y terminar con los inferiores para reducir el tiempo que dedicamos a la limpieza. De esta manera, evitamos que la suciedad y el polvo caigan sobre los muebles y objetos que ya hemos limpiado. Toda la suciedad y el polvo caerán al suelo, pero no hay de qué preocuparse, porque nos vamos a ocupar de este más adelante.
Paredes
Aunque muchas veces las pasamos por alto, limpiar las paredes del salón es igual de importante que el resto de superficies. Si hay manchas, lo primero es tratarlas con una solución de agua y jabón. Luego, pasamos un plumero o un paño de microfibra. Si la limpieza en seco no es suficiente para limpiar todo el polvo, podemos hacerlo con un trapo humedecido en agua y jabón. En este caso,debemos tener cuidado de no saturar las paredes con agua.
Suelo
El suelo es lo último que debemos limpiar del salón. Una vez hemos pasado la aspiradora, preparamos una solución de limpieza mezclando un litro de agua, 100 mililitros de vinagre blanco y unas gotas de aceite esencial de lavanda. Al igual que con las paredes, tenemos que limpiar el suelo con esta solución con cuidado de no saturarlo de agua, sobre todo si es parquet.
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