El fallecimiento de Anne Heche ha traído consigo una serie de complicaciones que han afectado a la familia de la actriz. La estadounidense falleció el 12 de agosto a los 53 años, tras un trágico accidente de coche que la dejó en coma durante una semana. Su familia decidió desconectarla del soporte vital, por lo que la policía concluyó la investigación. Sin embargo, el caso continúa acaparando titulares.
La muerte de la actriz tuvo lugar después de que perdiera el control de su vehículo cuando conducía por Los Ángeles y se estrellara contra una vivienda de la zona de Mar Vista, el pasado 5 de agosto. Tras el impacto, el coche se incendió y la vivienda quedó “gravemente dañada”, según declaró en su momento Brian Humphrey del Departamento de Bomberos. Asimismo, en el momento de la colisión la casa estaba ocupada por Lynne Mishele.
La investigación sacó a la luz que la actriz de Seis días y siete noches había consumido narcóticos antes del accidente. Ahora la revista People desvela que la citada Mishele ha demandado a la familia y herederos de Heche (agrupada en Anne Heche State) por presunta negligencia. Mishele pide “al menos 2 millones de dólares” en concepto de daños y perjuicios, además de allanamiento y angustia emocional; el inmueble es propiedad de John y Jennifer Durand, la pareja a la que Mishele alquila la vivienda.
Lee también
Tras el accidente, los Durand pusieron en marcha un GoFundMe para ayudar a Mishele, llegando a recaudar 183.500 dólares. A través de sus abogados, Mishele asegura estar sufriendo varias secuelas. “Estaba trabajando desde su casa cuando se vio sorprendida por la fuerza del vehículo de Heche, que atravesó la pared frontal y pasó por la sala de estar, la cocina, su despacho y el armario de la habitación principal antes de quedarse en el lavabo de la casa”, recoge la demanda. “La parte delantera del coche se detuvo a escasos metros de ella y sus mascotas: dos perros, Bree y Rueben, y una tortuga llamada Marley”.
A consecuencia del accidente Mishele ha quedado “aterrorizada, gravemente traumatizada y sin un lugar donde vivir”. Además, sus bienes personales fueron completamente quemados y destruidos, incluyendo fotos, equipos de negocios, su ordenador portátil y su iPad, toda su ropa y artículos para el hogar. Sus abogados concluyen señalando: “Además ha sido incapaz de operar su negocio en casa debido a su desplazamiento físico y su frágil salud mental causada por el comportamiento irresponsable de los demandados. Ha recibido asesoramiento, pero sigue traumatizada por estas acciones”.