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Denis Pennel: “El futuro del trabajo pasa por jornadas híbridas”


“Somos demasiado jóvenes para poder comparar algo con una guerra”, bromea Denis Pennel (París, 55 años), mientras se acomoda en una pequeña sala de un hotel madrileño, donde la Confederación Internacional de Empleo (WEC, en sus siglas en inglés) ha celebrado esta semana en colaboración con ASEMPLEO ―la patronal de empresas de trabajo temporal y agencias de empleo en España―, varias jornadas para analizar la situación del mercado laboral. “Sin lugar a dudas el impacto de la pandemia ha sido dramático”, reconoce este ejecutivo francés al frente de una organización heredera de la antigua Confederación Mundial de Empresas de Trabajo Temporal (CIETT, en sus siglas en inglés), y que representa a compañías de todo el mundo.

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Su visión acerca de la evolución del mercado de trabajo en los últimos 17 meses entronca con las corrientes de análisis que afianzan la teoría de que la disrupción tecnológica ha acelerado un proceso de transformación que las empresas ya están emprendiendo. “El verdadero cambio que ha provocado el coronavirus tiene que ver con el trabajo a distancia”, señala. “Creo que el descubrimiento principal ha sido darnos cuenta de que es posible tener a los empleados dispersos y que todo siga funcionando. Se ha producido un cambio de mentalidad en las empresas que ha acabado con la idea de que no se puede trabajar desde casa”, asegura.

Eso sí, según Pennel, aunque la mayoría de ellas han reaccionado adaptándose a una realidad desconocida sobre todo durante los periodos de confinamiento, el desafío una vez desaparecieron las restricciones sigue estando ahí. “Es un reto para los departamentos de recursos humanos adaptarse a esta nueva realidad, que a buen seguro va a pasar por que las jornadas de trabajo sean híbridas: con varios días de trabajo en la oficina y otros en el domicilio”, indica. Ese trabajo extra pasa, además, por establecer “una política individualizada”, ya que “no todos los puestos de trabajo son iguales, y hacer distinciones entre empleados puede generar tensiones internas”.

“Hacer distinciones entre empleados puede generar tensiones internas”

Pennel reconoce no ser ajeno a las dificultades que ha generado la pandemia entre los más jóvenes para acceder al mercado de trabajo. Una lacra que ha llevado a que en España la tasa de paro entre los menores de 24 años se haya situado en el 38%. “El problema actual con los jóvenes quizás no sea tanto de acceso al mercado de trabajo, sino su asentamiento. Por eso desde la industria de las agencias de empleo nos gustaría ir dando pasos en esta dirección. Les intentamos ayudar a que den sus primeros pasos correctamente. Empezando por contratos temporales de un mes, dos meses o seis meses, para que después puedan optar a un puesto permanente. Mi consejo sería que no traten de buscar un trabajo permanente de primeras, sino que se dejen guiar por las agencias de empleo, que prueben distintos tipos de empleos durante periodos alternos, para saber qué es lo que buscan realmente. Y una vez que lo tengan claro que se lancen a por un empleo indefinido”, sostiene.

Desde el WEC presentan una nueva fórmula de contratación con la que consideran podría diversificarse aún más la oferta de empleo e incorporar a nuevos perfiles al mercado de trabajo. “Se trata de firmar un contrato permanente con una agencia de contratación temporal que irá asignando al empleado diferentes tareas en distintas compañías”, describe Pennel.

“El salario mínimo debe permitir al trabajador vivir de él

Lo novedoso de este sistema se esconde en que durante el tiempo en el que el trabajador se encuentre a la espera de ser asignado a alguna empresa y permanezca inactivo contará con un salario por parte de la agencia de contratación. “Es una manera interesante para llevar más lejos la industria de la contratación. De esta forma se potencia la flexibilidad tanto para la compañía como para el empleado, al que se le garantiza, además, una estabilidad”, añade. El ejecutivo francés defiende que esta fórmula convivirá con los distintos modelos de contratación actuales, y que en países como Francia, Países Bajos o Italia ya está dando sus frutos. “Desde el WEC lo que queremos es que el mercado de trabajo sea accesible para todo el mundo”, confiesa.

Estas nuevas realidades laborales, sin embargo, deben enmarcarse dentro de unos parámetros que permitan a cada trabajador recibir una propuesta acorde con sus expectativas. Aun así, según Pennel, la dimensión de su salario no es un asunto menor. “Debe haber un salario mínimo justo que permita al trabajador vivir de él. Si con él ni siquiera puede alquilarse un piso eso genera un problema social. Pero al mismo tiempo hay que tener cuidado, porque si el salario mínimo es muy alto muchas compañías pueden verse ante la situación de no poder seguir adelante y que se destruya empleo. Hay que encontrar un equilibrio entre estas dos situaciones”, analiza.

En cuanto a si la explosión del teletrabajo es el detonante de una transformación imparable, Pennel establece algunas cortapisas. “Puede que no todo el mundo sea capaz de trabajar desde casa. Pero para aquellos que, por ejemplo, vivan lejos de su entorno de trabajo pueden que alquilar nuevos espacios de trabajo, como son los coworking, permita establecer un tercer lugar desde el que operar. Estamos ante un tiempo nuevo y esta podría ser una solución a futuro”, concluye.


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