Las autoridades ucranianas denunciaron que 35 de los 49 jefes de administración de la región de Jersón (sur) fueron secuestrados por las Fuerzas Armadas de Rusia desde el inicio de la guerra.
La defensora del pueblo para los Derechos Humanos, Liudmila Denisova, apuntó que; sin embargo, 17 de ellos fueron liberados, si bien aún “muchos están en cautiverio”.
“(Las tropas rusas) secuestran y torturan a los residentes de los territorios ucranianos temporalmente ocupados, saquean los sitios del patrimonio cultural mundial”, denunció.
En las últimas jornadas, Rusia anunció el control total de la región de Jersón, si bien desde Ucrania rechazó estas afirmaciones y han replicado que, de hecho, las tropas rusas reclutaron ante su línea defensiva.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, reconoció este jueves, en el marco de una visita a Ucrania para reunirse con su presidente, Volodimir Zelenski, que el Consejo de Seguridad de la ONU “no hizo todo lo que estaba a su alcance” para evitar el conflicto.
Aunque el máximo representante de Naciones Unidas reconoció la labor de los trabajadores de la ONU sobre el terreno, dijo que la falta de determinación del Consejo de Seguridad es “una fuente de gran desilusión, frustración e ira”.
Así pues, Guterres ha mostrado su convicción sobre la necesidad de que la guerra en Europa del Este llegue a su fin y se establezca una paz de acuerdo con lo establecido en la Carta de Naciones Unidas y en correlación con el derecho internacional.
Durante su visita a la capital ucraniana, Guterres ha podido presenciar en primera persona “la pérdida de vidas sin sentido, la destrucción masiva y las violaciones inaceptables de los Derechos Humanos y las leyes de la guerra”.
En este punto, reiteró sus palabras previas cuando, tras un recorrido por la ciudad de Bucha, conocida tras salir a la luz matanzas de civiles ucranianos, apostó porque el Tribunal Penal Internacional y otros mecanismos de la ONU “realicen su trabajo para que pueda haber rendición de cuentas”.
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