Por Brandon J. Celaya Torres
“A veces no duermo pensando por qué le sucedió a él. Lo sigo extrañando“, dice con la voz entrecortada la madre de Fernando Jiménez Espinoza.
Para ella el dolor de perder un hijo es imborrable; se suma el hecho de que -según su denuncia- el restaurante-cantina La Polar ha hecho lo posible para encubrir el accidente en el que perdió la vida Fernando. El suceso habría sido causado por negligencia de la cantina, según los familiares de la víctima.
El 5 de diciembre de 2021 un elevador montacargas con poco mantenimiento se desplomó, y cayó encima de Fernando quien llevaba 15 años trabajando como cocinero y mesero en La Polar.
“Después del accidente se llevan a mi hermano al hospital, limpian la sangre y mandan reparar el elevador antes de que llegue el MP a investigar”, afirmó para Aristegui Noticias la hermana de Fernando.
El mesero no murió al instante. Al no estar asegurado por la empresa, el trabajador tuvo que ser trasladado a tres hospitales privados, en dos de los cuales le amputaron primero la pierna izquierda y luego el brazo de ese mismo lado.
Fue en el primero de estos hospitales, el Sanatorio San Agustín ubicado en Ermita Iztapalapa, Ciudad de México, que el contador de La Polar supuestamente llegó a amenazar a la madre de Fernando.
“Me dijo que si decía la verdad, la empresa me iba a quitar la ayuda del hospital y no pagarían nada”, narra la madre en entrevista.
“Era un hombre de familia, buen trabajador”
Fernando Jiménez entró a trabajar a La Polar a sus 16 años. Inició como ayudante de cocina y tres lustros después obtuvo un puesto doble: cocinero y mesero. Este cargo lo ocupó hasta el día de su muerte a los 33 años de edad.
La familia del trabajador denuncia que desde que entró a trabajar como menor de edad lo obligaban a realizar jornadas de más de 12 horas.
“Entraba a las siete de la mañana y salía hasta las ocho de la noche. Le pagaban el mínimo. Lo que le daba para completar bien eran las propinas“, comenta la hermana de Fernando para Aristegui Noticias.
“Hay mucha presión de la empresa con los trabajadores. Les dicen que si un cliente se va sin pagar, tú como mesero pagas la cuenta“, agrega.
Según la narración de la familia, el día del accidente un comensal que atendía Fernando intentó irse sin pagar mientras el mesero no se encontraba cerca. Ante la amenaza de tener que absorber la cuenta, Fernando tuvo que ir rápidamente hacia la mesa y decidió cortar camino por debajo del elevador montacargas. Justo en el momento en que el mesero estaba abajo, el ascensor falló y cae con todo su peso encima de Fernando, causándole múltiples fracturas graves.
“El elevador ya había fallado antes. Hasta hay videos en que se escucha cómo está tronando, pero la empresa nunca lo reparó”, señala la hermana de la víctima.
Según cuenta la hermana, los trabajadores de la empresa rápidamente se llevaron a Fernando a un hospital privado. Antes de que las autoridades capitalinas pudieran llegar al lugar de los hechos, los empleados limpiaron y “alteraron” la escena. Además, afirma, mandaron llamar a alguien para reparar el elevador.
Por la pandemia de Covid-19, La Polar le quitó el seguro social a sus trabajadores. Aún cuando las actividades se retomaron con normalidad, esta prestación de ley no fue devuelta a Fernando. Por esta razón tuvo que ser trasladado a hospitales privados para ser atendido.
“Él pedía su reincorporación al seguro, pero nunca se lo regresaron”, comenta la hermana.
El mesero y cocinero fue trasladado en estado crítico al sanatorio San Antonio, donde fue atendido de emergencia. Mientras esto pasaba, habría llegado el contador de La Polar a amenazar a la madre de la víctima.
Del hospital ubicado en Ermita Iztapalapa, el mesero fue trasladado ya consciente al Hospital de Cos, ubicado en la colonia Roma Norte de la Ciudad de México. Allí, los médicos comentaron a la familia que la pierna izquierda de Fernando no tenía remedio y debían amputarla.
Tras sufrir un paro respiratorio y quedar inconsciente, Fernando fue trasladado una vez más a otro hospital, el San Angel Inn. Ahí, los doctores tuvieron que amputarle el brazo izquierdo.
Allí también, según narra la madre del cocinero, llegaron abogados de La Polar a ver el estado de salud del hombre. “Ya arreglaron lo del seguro y lo volvieron a sacar. Se lo llevaron a traumatología, en Lomas Verdes”, cuenta la madre.
Después de llegar al hospital del IMSS de Traumatología y Ortopedia, ubicado en Naucalpan de Juárez, Estado de México, la salud de Fernando siguió deteriorando hasta que la muerte lo alcanzó.
Fernando se mantuvo con vida 15 días después del accidente. Su muerte llegó el 20 de enero de 2022. Su deceso también significó el apuro económico de la familia. Su madre, con quien todavía habitaba, dependía económicamente de él y la familia tuvo que hacerse cargo de todos los gastos funerarios.
“Una vez que muere, nadie del restaurante nos contacta. Se olvidan de él y nosotros. No sé qué corazón tenga la dueña, pero nunca nos apoyaron en nada”, dice la madre a Aristegui Noticias.
“Es injusto. Esto no puede quedarse así. No puede ser que de la noche a la mañana contraten a otra persona y ahí quede“, agrega la hermana.
“Deben investigar a fondo, hay muchas irregularidades”
El 8 de enero de 2023, una persona murió en las instalaciones de La Polar. El caso captó la atención mediática y de las redes sociales. Actualmente, la Fiscalía de la Ciudad de México mantiene una carpeta de investigación abierta por homicidio doloso. El restaurante fue clausurado por la alcaldía Cuauhtémoc.
La familia de Fernando desea que el revuelo mediático que causó el reciente caso ayude para que se haga una investigación a fondo de la cantina. “Hay muchas irregularidades“, afirma la hermana.
Por la muerte de Fernando Jiménez hay dos carpetas de investigación abiertas: una por el accidente y otra por la muerte del mesero. La familia denuncia que en ninguna de las dos investigaciones ha habido avances, por lo que exigen justicia para su familiar.
“Pedimos lo justo. No solo es lo económico. Se debe investigar a fondo todo lo que pasa en ese restaurante. No se puede quedar como si nada“, concluye la hermana.
“No lo hemos superado. Yo solo quiero que se haga justicia para mi hijo, que la empresa se haga responsable”, dice la madre de Fernando, al borde las lágrimas.
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