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Desarrollan parche adhesivo inteligente de insulina


Los bioingenieros
de UCLA y de otras universidades han desarrollado un parche inteligente de
administración de insulina que, según dicen, algún día podría controlar los
niveles de glucosa en personas con diabetes, y administrar la dosis de insulina necesaria.

El parche adhesivo,
que es aproximadamente del tamaño de una moneda de 25 centavos, es fácil de
fabricar y está diseñado para funcionar durante 24 horas antes de necesitar ser
reemplazado, según Zhen Gu, profesor de bioingeniería en la Facultad de
Ingeniería Samueli de UCLA.

Gu dirigió un
estudio, publicado en Nature Biomedical Engineering, que describe la
investigación en la que se probó el parche en ratones y cerdos.

“Nuestro
principal objetivo es mejorar la salud y la calidad de vida de las personas con
diabetes”, dijo Gu. “Este parche inteligente elimina la necesidad de
controlar constantemente el nivel de azúcar en la sangre, y luego inyectarse insulina
si es necesario. Imita la función reguladora del páncreas, pero de una manera
fácil de usar”.

El parche
inteligente tiene dosis de insulina precargadas en microagujas muy pequeñas, de
menos de un milímetro de longitud, que administran el medicamento rápidamente
cuando los niveles de azúcar en la sangre alcanzan un cierto umbral. Cuando el
azúcar en la sangre vuelve a la normalidad, el
suministro de insulina también se ralentiza, según los
investigadores.

La ventaja del
parche, dicen, es que podría ayudar a prevenir las sobredosis de insulina, lo
que puede provocar hipoglucemia, convulsiones, coma, o incluso la muerte.

“Siempre ha
sido un sueño lograr la administración de insulina de una manera inteligente y
conveniente”, dijo el coautor del estudio, John Buse, director del Centro
de Diabetes y el Instituto de Ciencias Clínicas y Traslacionales de la
Universidad de Carolina del Norte en la Facultad de Medicina Chapel Hill.

“Este parche
de insulina inteligente, si se demuestra que es seguro y efectivo en exámenes
en humanos, revolucionaría la experiencia del paciente en el cuidado de la
diabetes”.

La insulina, una
hormona producida naturalmente en el páncreas, ayuda al cuerpo a regular la
glucosa que proviene del consumo de alimentos y proporciona energía al cuerpo.
La insulina es la clave molecular que ayuda a mover la glucosa del torrente
sanguíneo a las células para obtener energía y almacenamiento.

La diabetes ocurre
cuando el cuerpo de una persona no produce insulina de forma natural (diabetes
tipo 1), o no usa eficientemente la insulina que se produce (tipo 2). En
cualquier caso se prescribe una dosis regular de insulina para controlar la
enfermedad que afecta a más de 400 millones de personas en todo el mundo.

El tratamiento para
la enfermedad no ha cambiado mucho en décadas en la mayoría del planeta, ya que los pacientes
extraen sangre utilizando un dispositivo que mide los niveles de glucosa, y luego se autoadministra una dosis necesaria de insulina.
La insulina se inyecta con una aguja y una jeringa, un dispositivo similar a un
bolígrafo, o se administra mediante una bomba de insulina portátil.

Según UCLA, las
microagujas usadas en el parche están hechas con un polímero sensor de glucosa
que está encapsulado con insulina. Una vez aplicadas sobre la piel, las
microagujas penetran debajo de la piel y pueden detectar los niveles de azúcar
en la sangre. Si los niveles de glucosa aumentan, el polímero se dispara para
liberar la insulina.

La microaguja es
más pequeña que una aguja normal utilizada para extraer la sangre, y tampoco
llega tan profundamente, por lo que es menos dolorosa que un pinchazo, según
los investigadores, quienes prevén que el parche también podría adaptarse con
diferentes medicamentos para controlar otras condiciones médicas.

En los experimentos
de los investigadores, un parche de un cuarto de tamaño controló con éxito los
niveles de glucosa en un cerdo de 55 libras con diabetes tipo I durante
aproximadamente 20 horas.

El estudio,
respaldado por Zenomics, una empresa emergente con sede en UCLA, también
incluyó autores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, el Instituto
de Tecnología de Massachusetts y el Boston Children’s Hospital.

Según UCLA, la
tecnología ha sido aceptada en el Programa de Tecnología Emergente de la
Administración de Drogas y Alimentos de EE.UU., que brinda asistencia a las empresas durante
el proceso regulatorio.

Los investigadores
están solicitando la aprobación de la FDA para ensayos clínicos en humanos, y anticipan que podrían
comenzar dentro de unos años.


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