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Descubre algunas curiosidades sobre estos reptiles

Enigmáticas, odiadas y queridas a la vez, forman parte de la mitología y son animales realmente extraños. Las serpientes son reptiles que, aunque las hemos visto veces, especialmente por la televisión, quizás no sepamos tanto de ellas. Algunas son venenosas, hay diversas especies y otras son bastante largas.

Lo que sí es cierto es que esconden historias y curiosidades que vale la pena descubrir y que seguro no sabes. Te explicamos algunas.

Las serpientes son versátiles y, por tanto, pueden vivir en casi cualquier entorno, desde selvas y desiertos hasta lagos y montañas. De ahí que las encontremos repartidas por el mundo, en distintos orígenes y países. Encontramos más de 3.460 especies de serpientes, de las que solo 600 son venenosas, y de éstas 200 son serias amenazas para los humanos. Son bastantes, pero no tantas como creemos, pues realmente una gran mayoría son inofensivas.

Dentro de las curiosidades que envuelven la vida de las serpientes, debemos señalar que por ejemplo la Isla de la Quemada Grande, también conocida como Isla de las Cobras, es la isla con más serpientes en el mundo. De hecho, se estima que hay una por cada metro cuadrado.

Hay serpientes de distintos tamaños, más grandes y otras más pequeñas. Entre éstas últimas está la Tetracheilostoma carlae, la más pequeña del mundo, una especie mide tan sólo 10 centímetros.

Una de las más famosas es la de Cascabel. Esta sí es venenosa, por lo que tendremos que tener especial cuidado con ella. Al mordernos experimentamos dolor pero mucho más como poder llegar a morir. Si bien la venenosa que más muertes causa al año en el mundo es la víbora de Russell.

De las serpientes se dicen más cosas, por ejemplo, que la mayoría son tranquilas, salvo si se sienten amenazadas o acorraladas, pues es entonces cuando suelen atacar pero básicamente como acto de defensa.

En cuanto a la fisionomía de las serpientes, indicar que las hembras son más grandes que los machos, y que sus dientes son perfectos para sostener a la presa pero no para masticarla. No tienen párpados. Sus dientes cumplen la función de poder atrapar a la víctima con suficiente fuerza para que no pueda escapar. A esto se atribuye que la punta de la lengua está dividida en dos partes, y cada punta tiene la capacidad de saber qué aroma es y saber de dónde proviene.


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