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Descubre cuál es su composición

La bilis es una sustancia amarillo-verdosa producida por el hígado. La secreción de bilis es una función vital para nuestra supervivencia. Las deficiencias no tratadas son la causa de enfermedades como los cálculos, enfermedad de Crohn y síndrome del intestino irritable. Los componentes de la bilis tienen múltiples funciones fisiológicas. Su alteración está relacionada con afecciones como diabetes y obesidad. Recientes investigaciones exploran el potencial de la bilis como medicamento. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!

Bilis: qué es y para qué sirve

Entre sus múltiples funciones, nuestro hígado tiene la de producir bilis. Está a cargo de los hepatocitos, que son las células que forman el hígado. El hígado produce diariamente entre medio y un litro de esta sustancia, que puede ser conducida directamente al intestino o almacenarse en la vesícula biliar. En la vesícula biliar se produce una concentración de bilis para su utilización después de ingerir alimentos.

La bilis participa en la digestión y absorción de grasas y vitaminas y permite la excreción de productos de desecho. Una vez cumplida su función en el intestino regresa al hígado en un ciclo que se llama circulación enterohepática.

Composición de la bilis

Sus componentes principales son agua (95%) y colesterol. También contiene sales biliares, bilirrubina, cobre y otros metales  y minerales como potasio y sodio.

La función del agua y sales disueltas en ella es la de neutralizar el ácido clorhídrico que pasa del estómago al intestino delgado. Las sales biliares están formadas por cuatro tipos de ácidos, que son los encargados de emulsionar las grasas de los alimentos para su digestión.

Los pigmentos como la bilirrubina y biliverdina tienen solo una función colorante y son excretados con las heces dándoles su color típico. Sin embargo, cuando se acumulan en la sangre producen una enfermedad llamada ictericia. Se caracteriza por una pigmentación amarillenta en la piel y ojos.

Cuando los ácidos biliares tienen una concentración anormal, precipitan en forma de sólidos llamados cálculos biliares. Básicamente están formados por colesterol y pigmentos. Si la secreción es insuficiente, se produce una menor absorción de grasa, que se traslada a las heces dando lugar a la esteatorrea. Esta afección se caracteriza por heces pálidas, flotantes y malolientes.

Nuevos avances

Hasta mediados del siglo XX no se sabía mucho acerca de la bilis. Actualmente se han descubierto nuevas funciones y posibilidades. Las nuevas investigaciones se basan en un análisis detallado de los ácidos biliares.

  • Podrían utilizarse para el tratamiento de enfermedades de transmisión sexual, del tracto digestivo, fibrosis quística y cáncer.
  • También se ha descubierto un papel importante para el tratamiento de la obesidad mórbida, con resultados equivalentes a los de la cirugía bariátrica.
  • Tiene una potencial aplicación para el diagnóstico del cáncer.

Como ves, la bilis, a pesar de su color verdoso y aspecto desagradable, es la mejor amiga de tu salud. ¡Cuídala!


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