Nuestro planeta está repleto de rincones que vale la pena visitar y si bien la mayoría de ellos ya son conocidos, otros siguen siendo grandes secretos. Por ejemplo el lago Luyang, el lugar más extraño y bello a la vez de China que deberías visitar.
Este punto turístico en crecimiento se caracteriza por la manta verde que se forma gracias a las metasecuoyas. Debajo de ese infinito bosque de árboles de gigantescas proporciones, aparece nuestro protagonista de hoy.
¿Dónde está el lago Luyang?
Para llegar a él hay que dirigirse a la provincia de Jiangsu en el este de China y luego hacia Nankín. Una vez en esta ciudad, se debe entrar en el parque de humedales de la «pequeña» localidad de Yangzhou.
Inmediatamente, los viajeros se ven sorprendidos por el color verde que cubre la base de esos inmensos troncos. Estos humedales se pueden recorrer en barcas para así disfrutar del paisaje y tener un contacto más estrecho. Normalmente, las embarcaciones pasan entre las metasecuoyas que alcanzan los 40 o 45 metros de altura.
En otoño, un panorama diferente
Sin embargo, si buscas en Internet fotos del lago Luyang, te llamará la atención que en algunas se vuelve rojizo. Eso tiene que ver con que, durante el otoño, los colores rojos y marrones predominan en el agua y los árboles.
La buena noticia es que el acceso al parque es realmente barato, de menos de 10 euros por cabeza incluyendo esos paseos en barcas que son indispensables si te has acercado hasta este sitio y no quieres sólo caminar.
Si prefieres andar, sin embargo, tampoco hay problema. Existen decenas de muelles y pasarelas para hacerlo. Ambas opciones son buenas para observar varias de las más de 70 especies de aves registradas en la zona.
¡No te pierdas el Slender West Lake!
Si te gusta la naturaleza y sobre todo los lagos, el Slender West Lake es otra parada obligada a considerar. También ubicado en Yangzhou, dispone de unas 100 hectáreas y fue declarado «escenario nacional clave».
Lo más interesante son sus jardines, que siguen el mismo patrón que los diseñados durante la dinastía Qing. Forman curvas elegantes que, vistas desde las alturas, dan la impresión de tratarse de una pintura tradicional.
Diversos son los puentes que lo cruzan. El más imponente es el de los cinco pabellones, con 200 años de historia. Y los tejados de los cinco pabellones simulan cinco flores de loto, una de las postales locales más características.
Source link