Descubre la cultura Maorí de Nueva Zelanda

La cultura Maorí es una de las más curiosas y además se desarrolla en un paraíso natural como es Nueva Zelanda. En este país existen parajes de ensueño, playas de arena blanca, acantilados y prados de un verde que no se olvida. Puedes también si lo deseas, conocer a una cultura que se dice que el que la conoce no la olvida. Vamos a conocer más sobre ella:

La cultura Maorí

Esta es una cultura muy antigua con grandes valores. Todo ello hace que sus habitantes estén orgullosos. Este pueblo Maorí se instala en Nueva Zelanda procedente de otras islas del Pacífico, por lo que tuvo que adaptar sus formas de vida a el nuevo territorio.

Tatuajes Maoríes

Entre los rasgos más destacados se encuentran los tatuajes. Estos indios se tatuaban el rostro a fin de distinguir a que clase de tribu pertenecían, marcando la piel con las historias de sus batallas.

Esta costumbre la han mantenido hasta el día de hoy, pues no son simples elementos decorativos, para ellos cuentan con un significado y les proporcionan una fuerza de lo más especial.

Haka, la Danza de los Guerreros Maoríes

Un pueblo tan espiritual como el Maorí es de lo más respetado. Ser una de las culturas más fuertes de la historia hizo que no solo se ganasen la consideración de los colonos ingleses, los cuales aceptaron la cultura Maorí y permitieron que conviviesen ambas en la isla.

Esta fuerza podemos verla en alguna de sus hakas, una danza muy antigua de los guerreros Maoríes que se ha mantenido hasta la actualidad, donde es posible verla fácilmente antes de cada uno de los partidos de su victoriosa selección de rugby.

La danza no solo es una muestra de respeto hacia el rival al que se enfrentan, también es una manera de demostrar la fuerza y el poderío del guerrero maorí.

Podemos decir que estamos ante una cultura que ha sabido mantener sus raíces y tradiciones durante muchos siglos. Si viajas a Nueva Zelanda, sería precioso recibir el saludo tradicional Maorí, el hongi, donde se unen la frente y la nariz con los de la otra persona, intercambiando así el «ha» o aliento vital.

Justo en ese momento es cuando vas a pasar de ser un simple visitante a un llamado hombre » de la tierra», lo que hará que pases a tener la responsabilidad de proteger desde ese justo momento para siempre al pueblo Maorí.


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