Incendio en el Parque Nacional de Secuoyas (California) en septiembre de 2021. Es uno de los que Silvester observa atentamente desde su casa en Nueva Zelanda.PATRICK T. FALLON (AFP)
Un residente de California ve desde su casa humo en el bosque. Acude a las redes sociales y los canales oficiales aún no dan nada, tampoco por supuesto radios o teles. Empieza a inquietarse. Por fin, en redes encuentra una cuenta llamada @CAFireScanner [escáner de incendios en California] que da alguna indicación sobre el alcance y dirección del fuego. La gran paradoja de esta situación hipotética pero probable es que el único gestor de @CAFireScanner es Michael Silvester, de 30 años y residente en Te Aroha, una comunidad rural de unos 4.000 habitantes en Nueva Zelanda. Y que nunca ha salido de Nueva Zelanda, mucho menos para ir a California.
La historia de Silvester es un ejemplo de la flexibilidad de internet para optimizar los recursos de la gente: ¿de qué otra manera un joven neozelandés con unas aptitudes e intereses concretísimos podría desplegarlos en el lugar que mejor se le adapta sin salir de casa? “Sé que es una locura, pero me ayuda muchísimo la tecnología disponible, que no está disponible en otras partes del mundo”, dice. El caso de Silvester fue revelado por la revista Wired, que incluso mandó una fotógrafa a su casa para hacerle una fotografía de espaldas. Cuando EL PAÍS entrevistó por videollamada a Silvester, este avisó de que prefería seguir manteniendo el anonimato físico de su cuenta.
El interés de Silvester por este mundo emerge de escuchar fascinado las emisoras de policía y bomberos en su tiempo de ocio. “Una de las cosas que lo hace tan interesante es que nunca sabes qué ocurrirá, no hay dos días iguales”, explica. Ya de adolescente empezó escuchar esas transmisiones junto a su padre bombero. De ahí su afición fue creciendo. Progresivamente se dio cuenta que el paraíso para los interesados en escuchar emisoras de las autoridades es EE UU. “En muchos otros lugares es cifrado, es ilegal o hay que pasar por mucha burocracia”, explica.
En España esta actividad de escucha y difusión de frecuencias de cuerpos de seguridad es ilegal, según David Marugán , experto en radio comunicaciones: “En España está totalmente prohibido. Aunque técnicamente hay algunas frecuencias que podrían escuchadas porque van sin cifrar, es completamente ilegal. La Ley General de Telecomunicaciones indica que tanto escuchar como difundir está prohibido”. La legislación española está cerca de lo que es habitual en el resto del mundo, donde EE UU es la excepción: “En el resto de países suele ser similar, excepto en EE UU. Históricamente tienen allí un empeño en que los ciudadanos puedan auditar a sus fuerzas de seguridad y aunque hay cuerpos que lo cifran, las policías y bomberos comunes lo emiten en abierto”, añade Marugán.
Su principal herramienta para seguir los incendios de California es una página llamada broadcastify.com, donde usuarios normales suben a internet el hilo ininterrumpido de sus emisoras locales. En los “favoritos” de su navegador, Silvester tiene las transmisiones principales. Para saber cuál de los aproximadamente 800 cuerpos de bomberos que hay en California debe seguir, Silvester emplea una aplicación llamada PulsePoint, que emite señales de emergencia de todo Estados Unidos, desde una parada cardiorrespiratoria de un vecino a un incendio. “Estas notificaciones informativas brindan un aviso temprano de amenazas locales, como incendios forestales, inundaciones y emergencias de servicios públicos”, dice la información de la app en la Play Store de Android.
Cada teléfono con su aplicación de PulsePoint da información de 25 servicios. Para cubrir casi toda California, Silvester tiene conectados cuatro móviles a 100 servicios. Cuando salta una alarma, recibe un aviso. Silvester es licenciado en informática, con lo que escribirse un pequeño programa para automatizar sus procesos le resulta sencillo. Teletrabaja desde su casa para una empresa estadounidense y tiene fácil organizarse para cubrir incendios, que suelen ser en el verano californiano, de mayo a octubre, cuando en Nueva Zelanda es invierno y a Silvester le apetece menos salir. “Aquí siempre está lloviendo en invierno”, dice.
California es una zonaespecialmente indicada para este tipo de cobertura. Además de los sistemas de emergencia abiertos, hay mucha gente viviendo en zonas rurales. La cuenta de @CAFireScanner tiene más de 100.000 seguidores: “Hay un gran número de personas afectadas. En otros estados hay menos gente y también es más difícil obtener información. California tiene un sistema muy singular. Y ese sistema realmente me beneficia”, dice Silvester. Su cuenta es la principal que cubre todo el Estado, pero hay un puñado de personas que siguen con atención la actividad en sus condados o distritos. Son parte de lo que se conoce como “Fire Twitter” o “Twitter de incendios”.
Este reguero de coincidencias hace que haya otras cuentas pendientes de sus condados o regiones en California. Pero solo Silvester está pendiente de todo el territorio. Además de la aplicación y de los directos, emplea una serie de recursos sobre el clima o los vuelos de los hidroaviones que le sirven para intuir la evolución de los incendios. “Estoy pendiente sobre todo del viento, temperatura y humedad”, dice. Siempre tiene pestañas abiertas en su navegador con detalles climáticos y la página Flight Radar24, para saber los vuelos en la zona de aviones de bomberos. Su tercera herramienta indispensable en el navegador es una página con cientos de cámaras web. “Otro gran recurso en California es la red de cámaras de incendios forestales. Tienen 800 cámaras ubicadas alrededor de California en las áreas más propensas a incendios y son muy rápidos en apuntar la cámara al fuego. Así puedes ver dónde está el fuego y lo grande que es”, dice.
Los canales oficiales suelen limitar sus comunicaciones a la hora de la rueda de prensa oficial y no están encima al mismo nivel que Silvester. “No es para criticarles ni nada, pero diría que les falta la granularidad real del detalle. Estas agencias de bomberos tienen su pequeña área que monitorizar y se quedan ahí. No saben qué ocurre en la otra punta del Estado. En cambio yo sé qué zonas son más calientes o con viento y me he encargado de saber dónde están los puntos más peligrosos, eso es lo que estudio. Así que si veo un incendio en una de esas zonas, se convierte en una prioridad en mi cabeza”. Su trabajo podría de hecho convertirse en remunerado si una agencia californiana quisiera sufragarlo. De momento no parece que vaya a ocurrir. Mientras, Silvester tiene activado un sistema de micromecenazgo donde docenas de personas han donado y le han dejado mensajes de agradecimiento: “Confío en tu experiencia cada temporada de incendios en California” o “gran trabajo, contento de que estés ahí fuera”.
#CatalinaIsland (LA County) – LAC Copter 15 reporting 10 acres in medium brush w/ moderate ROS & winds out of the N/NE @ 5-10mph, no structures threatened. Updated location to the coordinates of 33 22.297 -118 25.013, approx 1 mile S/W of Black Jack Campground. #MiddleFire pic.twitter.com/Dfthl0YPMa
— CA Fire Scanner (@CAFireScanner) November 11, 2021
Silvester empezó con su actividad específica para California en 2016. Cambió su nombre en Twitter a @CAFireScanner e inició su labor informativa. En la bio de su cuenta de Twitter recuerda que “los tuits no son oficiales y no deben ser tratados como tales”. Su objetivo es dar esa pizca más de información en momentos en que cualquier detalle puede salvar una vida: “Solo digo hacia dónde se dirige el fuego para que las personas que viven allí dejen sus hogares, que es mi objetivo principal. Mantengo a la gente informada y que la gente vea el humo en pocas palabras de lo que está sucediendo”, dice.
Junto a la tecnología, hay algo más que ha hecho destacar la labor de Silvester: la magnitud de los incendios. “Empecé en serio en 2016, pero en 2017 las cosas empezaron a ponerse serias con el incendio Thomas. Aquel fue el más grande de la historia moderna. Pero desde entonces ha habido siete más. Hoy aquel es solo el número ocho″. Ninguno de esos ocho es el más mortífero, que ocurrió en noviembre de 2018, fuera de la temporada habitual de incendios. Aquel día Silvester se acostó en Nueva Zelanda sin saber que había en marcha una catástrofe en la que iban a morir 85 personas. Desde entonces ha montado un sistema donde salta una alarma si ocurre algo gordo, para despertarle. Silvester admite que si simplemente cerrara su cuenta de Twitter, su vida sería mucho más sencilla y tranquila. “¿Pero qué haría entonces”, se pregunta.
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