Un análisis realizado por el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) revela que la desigualdad económica persiste en México, evidenciada por la disparidad en el Producto Interno Bruto (PIB) por habitante entre distintas entidades federativas.
Durante el periodo 2018-2022, el PIB por habitante en México disminuyó en un 3.9%, medido en pesos constantes de 2018.
Esta caída se reflejó en 28 estados del país, destacando la tendencia a la baja en el nivel de vida de la población.
Aunque cuatro estados lograron aumentar su PIB per cápita, como Baja California, Chihuahua, Nayarit y Tabasco, el incremento fue modesto en los primeros tres. Únicamente Tabasco presentó un avance significativo del 30.2%.
El estudio destaca que el PIB por habitante es un indicador importante para comparar los niveles de vida entre países y que la desigualdad en México ha mostrado escaso progreso de 2018 a 2022.
Un dato destacado es la brecha entre el PIB per cápita de Nuevo León y Chiapas. En 2018, el producto por habitante de Nuevo León fue 5.2 veces mayor que el de Chiapas, y en 2022 esta diferencia se mantuvo, siendo 5 veces mayor.
Similar situación se repite al comparar el PIB per cápita de Nuevo León con el de Guerrero, manteniéndose la relación en 3.8 veces más en ambas fechas.
La Ciudad de México, por su parte, exhibe una brecha aún más amplia. En 2018, el PIB por habitante de la capital fue 6 veces mayor que el de Chiapas, y esta diferencia persiste en 2022.
Tabasco es la excepción, ya que experimentó un aumento significativo del 34.8% en su PIB per cápita, reflejo del crecimiento del sector industrial, especialmente en minería y construcción.
Source link