Obreros empezaron a desmantelar la Plaza Black Lives Matter cerca de la Casa Blanca hoy lunes.
La semana pasada, la alcaldesa de Washington, D.C., Muriel Bowser, dijo que la plaza sería rediseñada en el marco de un proyecto de murales, tras amenazas de los republicanos de recortar la financiación del transporte si no se cambiaba el nombre de la plaza.
El representante republicano Andrew Clyde presentó recientemente un proyecto de ley que instaba al Distrito de Columbia a cambiar el nombre de la Plaza Black Lives Matter o a que el Congreso de Estados Unidos retuviera los fondos federales de transporte. Los republicanos tienen mayoría en ambas cámaras del Congreso.
Bowser, demócrata, ha sido durante años una firme crítica del presidente republicano Donald Trump.
La alcaldesa ordenó la creación de la Plaza Black Lives Matter en 2020, cuando Estados Unidos vivió grandes protestas contra el racismo tras el asesinato de George Floyd, un hombre negro que murió después de que un policía blanco se arrodillara sobre su cuello durante varios minutos.
Bowser fue criticada entonces por Trump.
“Hemos considerado durante mucho tiempo la evolución de Black Lives Matter Plaza y la plaza formará parte del proyecto del mural America 250 de DC”, dijo Bowser en un comunicado la semana pasada.
“El mural inspiró a millones de personas y ayudó a nuestra ciudad a atravesar un periodo muy doloroso, pero ahora no podemos permitirnos distraernos con interferencias sin sentido del Congreso”, añadió Bowser.
Este es otra medida controversial de la Administración Trump.
Hace unas semanas ordenó retirar los logotipos de la sede, también en Washington, de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), la mayor agencia de cooperación gubernamental del mundo, después de que decidiera desmantelarla y despedir a sus trabajadores. (Reuters y EFE)
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