Hasta ahora, las estrategias de combate contra las drogas siempre implica más violencia, más muerte, más desapariciones, considera.
Ante el pleno de la Cámara de Diputados el pasado miércoles, la diputada Lucía Riojas protagonizó una singular escena al regalarle un carrujo de mariguana a la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero.
“Fue un símbolo”, aseguró Lucía Riojas en entrevista para Aristegui En Vivo; “se trató de recordarle a la secretaria y, por su conducto, al resto de la sociedad y el gobierno que desde campaña y desde que ella fue senadora, nos hablaron de la despenalización del consumo de algunas drogas“.
La diputada señaló que una posible despenalización sería un paso estratégico para empezar a construir la paz en México, “algo magnífico y más allá de una Guardia Nacional”. Explicó que en la sesión de ayer vio una oportunidad para abrir una puerta a dicho debate con el cual se busca alentar a todas y todos los ciudadanos, a las y los servidores públicos, a que vean el tema de manera seria.
Riojas enfatizó que es necesario abordar el debate “mirando de frente la realidad del país, porque cada vez que dejamos pasar las cosas, cada vez que llega otro presidente y decide aplicar la misma estrategia en el combate contra las drogas que siempre implica más violencia, más muerte, más desapariciones, pues esto no va a cambiar así”.
La imágenes de la diputada independiente entregando el “churro” a Sánchez Cordero inundaron de inmediato las conversaciones en redes sociales, desde donde se llegó a cuestionar la legalidad de lo acontecido. Riojas aclaró que no había nada ilegal en lo ella había hecho.
“En términos de la actual ley es legal portar hasta 5 gramos de mariguana para consumo personal”, mencionó. Sin embargo, detalló que la medida era muy poco realista y que “no se apega a la realidad de nuestro país, por lo que urge cambiar la legislación de drogas en México”.
Agregó que es importante considerar a la gente que se ha dedicado a eso por años. “Creo que hay que tener una discusión seria con ellos, abrir las puertas del Congreso y construir entre todos el mejor modelo de políticas de drogas que no atraviese por ninguna crisis profunda de violaciones a derechos humanos”.
“No se trata ni de mí, ni de la secretaria ni del porro sino del futuro de nuestro país y del futuro que queremos construir”, finalizó.