Una concentración pide justicia por el asesinato del periodista Dom Philips y el indigenista Bruno Pereira, esta semana en Río de Janeiro.Silvia Izquierdo (AP)
La Policía Federal de Brasil detuvo al principal sospechoso de ser el mandante del asesinato del periodista Dom Philips y el indigenista Bruno Pereira el mes pasado en la Amazonia. Se trata de Rubens Villar Coelho, de doble nacionalidad brasileña y peruana y conocido como Colombia, según adelantó el portal G1.
Según las informaciones de la policía, Colombia fue detenido el jueves 7 de julio al presentarse con documentos falsos en la comisaría de Tabatinga, donde iba a ser interrogado por su presunta participación en los homicidios. Colombia negó estar involucrado, pero los indicios apuntan a que usaba la venta de pescado obtenido de forma ilegal para lavar el dinero de la droga procedente de Perú y Colombia, países que hacen frontera con la región del Valle del Yavarí, donde sucedieron los crímenes. Es uno de los puntos más remotos y mejor conservados de la Amazonía, pero también un coladero de narcotraficantes, madereros, pescadores y garimpeiros [mineros informales] que actúan fuera de la ley.
Philips, que trabajaba para el diario The Guardian estaba allí precisamente para entrevistar a los líderes indígenas que luchan por defender su territorio de esas invasiones. Viajaba acompañado de Pereira, que había trabajado para la estatal Fundación Nacional del Indio (FUNAI) persiguiendo esos delitos ambientales. Bajo el respaldo de este órgano estatal llegó a confiscar toneladas de piracurus, peces de alto valor, y tracajás, tortugas consideradas un manjar en la región amazónica.
Al contrariar sus intereses, Colombia habría ordenado a uno de sus trabajadores, el pescador furtivo Amarildo da Costa Oliveira, que matara al indigenista.
La última vez que Pereira y Philips fueron vistos con vida fue el 5 de junio. Salían de la aldea de São Rafael y se los esperaba pocas horas después en la ciudad de Atalaia do Norte, pero su lancha nunca llegó a destino. Sus restos se encontraron diez días después en los márgenes del río Itaquaí. Los habían matado a tiros y sus cuerpos fueron quemados y enterrados en la selva.
Al menos ocho personas están siendo investigadas por su posible participación en los asesinatos y en la ocultación de los cadáveres. Tres de los sospechosos están presos: el propio Amarildo da Costa Oliveira; su hermano Oseney da Costa de Oliveira, conocido como Dos Santos; y Jefferson da Silva Lima.
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