Agentes de policía custodian este miércoles uno de los lugares en Berlín donde se han producido detenciones o registros.CHRISTIAN MANG (REUTERS)
Las fuerzas de seguridad de Alemania han arrestado en la madrugada de este miércoles a 25 miembros y simpatizantes de un grupo de extrema derecha sospechosos de planificar un golpe de Estado y pretender emplear “medios militares” para atentar contra los representantes del Estado. Más de 3.000 agentes de distintos cuerpos policiales han participado en una macrooperación llevada a cabo en 11 de los 16 Estados federados. Los sospechosos son 52 personas que forman parte de los llamados Reichsbürger (ciudadanos del Reich), movimiento que no acata la Constitución alemana, y seguidores de diversas teorías de la conspiración.
Entre los detenidos figuran antiguos miembros de las Fuerzas Armadas (Bundeswehr) y al menos una política del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD). La Fiscalía sospecha que algunos miembros de la organización preparaban una acción armada en el Bundestag, el Parlamento alemán, lo que recuerda al asalto al Capitolio que protagonizaron los seguidores del expresidente estadounidense Donald Trump el año pasado. El grupo pretendía pedir ayuda a Rusia para derrocar al Gobierno alemán.
Los investigadores aseguran que los detenidos pertenecen a una organización terrorista fundada a finales de noviembre de 2021, que tiene como objetivo derrocar “el orden estatal existente en Alemania y sustituirlo por una forma de gobierno propia”, asegura la Fiscalía federal en un comunicado. Los miembros de la asociación son conscientes, añade, de que su objetivo solo puede realizarse mediante el uso de medios militares y la violencia contra los representantes del Estado. “Esto también incluye cometer homicidios”, destaca. A los acusados les une un profundo rechazo a las instituciones estatales y al orden básico libre democrático de la República Federal de Alemania.
La operación para detener a todos los miembros identificados de la organización sigue en marcha. Los 22 miembros del grupo detenidos hasta el momento son de nacionalidad alemana. Las fuerzas de seguridad han arrestado también a otras tres personas a las que se considera simpatizantes del grupo terrorista. En este caso se trata de dos alemanes y una ciudadana rusa. A las detenciones, que también se han producido en Austria e Italia, se suman redadas y registros en 130 propiedades en Alemania.
Los supuestos cabecillas del grupo han sido identificados como Heinrich XIII P. R. y Rüdiger v P. El primero, un aristócrata alemán, estaba encargado del sistema político mientras el segundo, al que los medios identifican como antiguo teniente coronel de las Fuerzas Armadas, estaría encargado del brazo militar. A todos los acusados les une el rechazo a las instituciones del Estado y que eran seguidores de movimientos conspiranoicos como los Reichsbürger y QAnon. Los Ciudadanos del Reich son un grupo radical que no reconoce la Constitución alemana, sus instituciones ni sus fronteras. QAnon agrupa un sinfín de teorías conspirativas que en Estados Unidos dieron alas al bulo del fraude electoral que atribuye, sin ninguna prueba, la victoria de las presidenciales de 2020 a Donald Trump y difunden historias delirantes como la existencia de una red pedófila dirigida por los líderes del partido Demócrata.
Para conseguir su propósito de subvertir el orden actual, el grupo pretendía formar un gobierno militar de transición con el que negociar el nuevo orden en Alemania con las potencias aliadas victoriosas de la II Guerra Mundial, una idea que manejan los Ciudadanos del Reich. El contacto principal para estas negociaciones era Rusia, según la Fiscalía. De hecho, Heinrich XIII ya se había puesto en contacto con representantes de ese país aunque no consta que hubiera recibido respuesta positiva a sus intenciones.
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Los preparativos para llevar a cabo el golpe de Estado se intensificaron desde finales de noviembre de 2021, según los investigadores. Los detenidos llevaban al menos desde entonces reuniéndose en secreto para planificar el derrocamiento del Gobierno. Crearon “estructuras similares a la administración” designando incluso a posibles ministros de los distintos departamentos, reclutaron nuevos miembros, compraron material y establecieron un campo de entrenamiento de tiro. Estaban organizados en un “consejo” que presidía Heinrich XIII, al que se consideraba el futuro jefe de Estado dentro de la asociación. Un tal Thomas T. sería su asesor personal y además existiría un Gobierno regular que se ocuparía de los asuntos gubernamentales, como exteriores o sanidad.
Un personaje destaca entre todos los detenidos. Heinrich XIII, o Enrique XIII, de 71 años, es miembro de una antigua familia aristócrata alemana y se le conoce también como Príncipe Reuss. Los investigadores creen que es la figura central de la red ultraderechista y el ideólogo de la organización que planeaba actos violentos. Hace años que los investigadores vigilaban al príncipe, al que tenían clasificado como ciudadano del Reich. Los servicios de inteligencia descubrieron que contaba con una amplia red de personas afines que se organizaban a través de grupos de chat, relata el diario Süddeutsche Zeitung. Las alarmas saltaron cuando quedó claro que el grupo no se limitaba a fantasear con un golpe de Estado sino que tenía planes concretos para preparar acciones violentas y había adquirido armas.
La exdiputada de AfD y jueza del Tribunal Regional de Berlín, Birgit Malsack-Winkemann, está también entre los arrestados, según los medios alemanes. Ella iba a ser la ministra de Justicia en el nuevo Gobierno que planeaban los conspiradores e iba a jugar un papel activo en las acciones. Al haber formado parte del Bundestag entre 2017 y 2021 el grupo planeaba usar su antigua acreditación para facilitar el acceso al edificio a los asaltantes. El plan era, según el Süddeutsche Zeitung, arrestar a los parlamentarios y sacarlos esposados de la sala de sesiones.
Entre los detenidos figuran varios antiguos oficiales del Ejército alemán. Sus domicilios han sido registrados en busca de armas de fuego. Der Spiegel ha publicado que entre los lugares registrados están los cuarteles de la unidad especial de la Bundeswehr KSK (Comando de Fuerzas Especiales), en la ciudad de Calw, en el suroeste del país. Esta unidad de élite ha estado bajo sospecha por las presuntas simpatías de sus miembros por la extrema derecha. En junio de 2020 Defensa tuvo que disolver una de las compañías que formaban la unidad. Uno de sus miembros había sido detenido un mes antes por ocultar en su casa explosivos y armas robados al Ejército y por posesión de parafernalia nazi. La Fiscalía no ha confirmado el registro del cuartel.
Las autoridades alemanas llevan tiempo alertando de que las redes de ultraderecha se han vuelto más radicales y más violentas en los últimos años, especialmente durante la pandemia de coronavirus, que les sirvió de excusa para asegurar que sus derechos se veían coartados. Los servicios secretos cada vez detectan a más personas con actitudes de extrema derecha, muchas de las cuales se cree que son violentas. El extremismo de derechas es la mayor amenaza para la seguridad de Alemania, han reiterado los responsables de Interior y de la Oficina federal para la protección de la Constitución, el nombre oficial de la agencia de inteligencia policial alemana.
La operación policial se ha desarrollado en los Estados alemanes de Baden-Württemberg, Baviera, Berlín, Hesse, Baja Sajonia, Sajonia, Turingia, además de Austria e Italia. Los detenidos comparecerán este miércoles y mañana ante el juez de instrucción, que decidirá si ingresan en prisión provisional. La operación sigue abierta y se esperan más arrestos.
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